Medios digitales y participación cívica escolar: Un modelo de mediación paralela


RESUMEN

A pesar de la democratización del acceso a los medios digitales, siguen existiendo brechas en los usos y oportunidades según edad, género, nivel socioeconómico y localización. Además, estudios sobre usos de medios digitales por parte de niños y adolescentes se han centrado más en riesgos que en oportunidades. Este estudio analiza la relación entre los usos de los medios digitales (socialización, sociopolíticos y aprendizaje), y el compromiso cívico escolar. Participó una muestra de 524 estudiantes (Mage=12; 43,7% niñas) en Santiago de Chile. Se utilizó un modelo de ecuaciones estructurales con variables latentes para probar un modelo de mediación paralelo en el que el uso de los medios digitales para la socialización se relaciona con el compromiso cívico escolar, a través del uso de los medios digitales con fines sociopolíticos y el uso de los medios digitales con fines de aprendizaje. Finalmente, se realizó un análisis multigrupo por sexo. Los resultados mostraron que el uso de medios digitales para la socialización tiene un efecto positivo en el compromiso cívico escolar a través de la mediación paralela del uso de los medios digitales con fines sociopolíticos y el uso de los medios digitales con fines de aprendizaje. El análisis multigrupo mostró que la mediación es significativa tanto en hombres como mujeres. Los resultados amplían el conocimiento sobre las oportunidades de los medios digitales para el compromiso cívico en contextos escolares.

Palabras clave

Medios digitales, participación cívica escolar, ciudadanía digital, brecha digital de género, adolescencia, mediación paralela

Keywords

Digital media, civic school engagement, digital citizenship, digital gender gap, adolescence, mediation model

ABSTRACT

Despite the democratised access to digital media, there are still gaps in uses and opportunities according to age, sex, socioeconomic level, and location. In addition, the study about the use of digital media by children and adolescents has focused more on the risks than on the opportunities. This study analyses the relationship between different uses of digital media (socialisation, socio-political, and learning purposes), with school civic engagement. A sample of 524 students (Mage=12; 43.7% girls) from Santiago de Chile participated. Structural equation modelling with latent variables was used to test a parallel mediation model in which the use of socialisation in digital media is related to school civic engagement, through digital media use for socio political purposes and the digital media use for learning purposes. In addition, multigroup analysis by sex was tested. The main results showed that digital media use for socialisation has a positive effect on school civic engagement through the parallel mediation of digital media use for socio-political purposes and the digital media use for learning purposes. The multigroup analysis showed that mediation is significant in both boys and girls. The results have contributed to the expansion of knowledge about the opportunities of digital media on civic engagement in formal school contexts.

Palabras clave

Medios digitales, participación cívica escolar, ciudadanía digital, brecha digital de género, adolescencia, mediación paralela

Keywords

Digital media, civic school engagement, digital citizenship, digital gender gap, adolescence, mediation model

Introducción

Internet ha facilitado nuevas formas de comunicación bidireccional, promoviendo un nuevo paradigma para entender la interacción humana (Saputra & Siddiq, 2020). Varios investigadores han considerado el incremento de la digitalización de la vida como un potencial democratizador (Zriba, 2019; Mossberger & Tolbert, 2010). Según el portal We Are Social (2021), el 2021 la población mundial fue de 7.830 millones de personas, de las cuales el 59,5% utilizó activamente Internet. En Chile, este informe indica que el 82,3% de la población tiene acceso a Internet. Estos datos reflejan el impulso que la pandemia de Covid dio a la digitalización de la vida, en donde las prácticas sociales se trasladaron a entornos digitales, exigiendo a todos los ciudadanos la adquisición de competencias digitales y evidenciando las desigualdades sociodigitales.

El acceso y uso de Internet no solo ha traído nuevas oportunidades, sino que también ha introducido nuevas formas de participación ciudadana que buscan responder a las nuevas dinámicas de poder del siglo XXI, haciendo necesario redefinir el activismo con la democracia digital como eje, dado que conduce a los ciudadanos a la preocupación por su empoderamiento ampliando la propia participación (Gil-Moreno, 2017). Además, esta redefinición en forma de participación en la sociedad digital ha promovido la investigación sobre los usos de Internet como indicadores de participación y oportunidades para niños, niñas y adolescentes (Livingstone et al., 2018).

Estas oportunidades de participación en la sociedad digital se han conceptualizado bajo el concepto de ciudadanía digital, la cual no sustituye al concepto de ciudadanía, ni es una dimensión, sino mas bien un conjunto de prácticas a través de las cuales se realizan actividades cívicas en entornos digitales. Por tanto, se refiere a la capacidad y uso de las Tecnologías de Infraestructura de Telecomunicaciones (TIC) para planificar, organizar o realizar actividades en los ámbitos de la ciudadanía social, política, económica y académico-cultural (Mossberger et al., 2007; Yue et al., 2019; Runchina et al., 2022).

En cuanto al ejercicio de la ciudadanía digital, desde el 2006, investigadores del grupo Kids Online estudian actividades que se desarrollan en Internet y los riesgos que implican estos entornos digitales para los niños, niñas y adolescentes, generando una tipificación de los tipos de comunicación donde se diferencian los roles más pasivos (el receptor de los contenidos) de los roles más activos e interactivos (participante y actor). Por otro lado, la comprensión de los usos de Internet ha identificado riesgos asociados a actividades comerciales, sexuales y de convivencia (Livingstone & Haddon, 2009; Livingstone et al., 2018; Martin et al., 2018).

En general, estudios que se interesan por las oportunidades que trae la digitalización de la vida de niños, niñas y adolescentes son más limitados que los estudios sobre los riesgos del uso de Internet (Vázquez-Barrio et al., 2020). De lo que se conoce, se ha visto que el uso de los medios digitales puede promover en los niños, niñas y adolescentes el desarrollo de sentimientos de competencia en la creación de contenido digital, la generación de material educativo, la promoción y prevención de la salud, y el apoyo en los logros académicos y el establecimiento de metas (Arab & Díaz, 2015). Sin embargo, a pesar de estas oportunidades, el uso de estos medios digitales suele tener una connotación negativa, ya que conlleva riesgos como la exposición no deseada a la violencia, la creación de perfiles falsos, el ciberbullying, el grooming, la adicción a Internet, entre otros (Arab & Díaz, 2015). Por lo tanto, la presente investigación busca contribuir al conocimiento empírico sobre las oportunidades que la participación en entornos digitales ofrece a niños, niñas y adolescentes.

Además, considerando que el nivel socioeconómico, la edad, el sexo, la ubicación geográfica (urbana/rural) y las habilidades digitales son factores diferenciadores fundamentales para entender el fenómeno (Sanders, 2020). En concreto, el presente estudio pretende analizar la relación entre el uso de medios digitales para la socialización (DSOC) y el compromiso cívico escolar (CIVE), a través del uso de medios digitales con fines sociopolíticos (DPOL) y el uso de medios digitales con fines de aprendizaje (DLEA). Además, considerando las brechas digitales de género descritas por algunos autores (Sanders, 2020; Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021; Masanet et al., 2021; Herranz et al., 2017), se analizó el papel moderador del sexo en el modelo de mediación entre DSOC y CIVE a través de DPOL y DLEA.

Tipos de usos de medios digitales por niños, niñas y adolescentes

Niños, niñas y adolescentes utilizan los medios digitales con distintos fines. Los instrumentos utilizados por el grupo internacional Global Kids Online (2022) en la dimensión de actividades (oportunidades) y las diferentes formas de participación son agrupados en usos para el aprendizaje, la participación comunitaria, la socialización 1 y la participación cívica. La subdimensión de aprendizaje alude a la posibilidad de buscar información para adquirir nuevos conocimientos, ya sea de forma individual a través del consumo de contenidos educativos, o de forma colaborativa compartiendo con otras personas con los mismos intereses (Garmendia et al., 2012; Jasso-Peña et al., 2019). También se refiere al uso de Internet y las redes sociales para realizar trabajos, tareas y actividades en el entorno educativo, así como para mantener contacto con profesores y compañeros con el fin de resolver dudas (Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021; Laje & Gasel, 2019). En cuanto a la dimensión de sociabilidad, esta se refiere a las nuevas posibilidades de vincularse, socializar con otros y mantener relaciones cara a cara, trascendiendo las limitaciones espaciales, y favoreciendo la identificación y consolidación de grupos con intereses compartidos (Meikle, 2016; Runchina et al., 2022). Por otro lado, la dimensión de ciudadanía y comunidad contempla la extensión y expansión de las posibilidades de participación política a través de la divulgación de las propias experiencias y la consolidación de una identidad digital acorde a las demandas sociales a las que se adhiere (Claro et al., 2021). Aquí, es posible crear sistemas y relaciones que apoyen a comunidades que comparten dinámicas de información sobre acontecimientos que aquejen a su contexto local y global, cuestionando también el papel de las tecnologías digitales en la vida cotidiana (Choi, 2016; Gleason & von-Gillern, 2018; Chen et al., 2021). Las motivaciones para la participación ciudadana son aquellas que, sin adoptar un carácter político, tienen el propósito de resolver los problemas de una comunidad o grupo, mientras que las sociales se refieren a la predisposición a involucrarse en discusiones sobre temas públicos específicos y la necesidad de obtener información, expresar opiniones y persuadir a otros a través de conversaciones políticas informales.

Esta expansión de posibilidades ha dado lugar a nuevas formas de participación, aumentando así el creciente interés de los jóvenes por la política y la participación social, lo cual ha llevado al involucramiento activo de diferentes temáticas a través de innovadoras actividades mediante redes sociales, las cuales tienen una función tanto informativa como discursiva que les permite conectarse entre sí, expresar y compartir sus puntos de vista, emociones e identidades (Emejulu & Mcgregor, 2019; Jost et al., 2018; Kim & Yang, 2016). Estos nuevos espacios de socialización ayudan a los individuos aumentar sus capacidades para alcanzar metas personales a través de actividades colectivas (Consalvo & Ess, 2011). Lo anterior, puede desencadenar acciones que han sido caracterizadas como activismo digital, es decir, formas en las que los ciudadanos utilizan los entornos digitales para influir en el cambio social y político, además de dar voz a grupos usualmente marginados en los medios tradicionales (Lozano & Fernández, 2020).

Los nuevos intereses políticos de los jóvenes responden a un cambio generacional dado que han crecido con los medios digitales y se sienten especialmente atraídos por estas experiencias colectivas que giran en torno a la identidad social, empoderándoles para expresar sus sentimientos y opiniones a través de nuevas formas de comunicación política (Dennis, 2018). Por ello, a la hora de estudiar las formas de participación ciudadana, hay que tener en cuenta los cambios generacionales, añadiendo factores claves como la administración de un perfil en redes sociales o la participación en debates y discusiones online (Holt et al., 2013; Pangrazio & Cardozo-Gaibisso, 2020).

Participación ciudadana en la sociedad digital

El interés por investigar la participación digital viene motivado por las posibilidades que ofrecen los nuevos entornos digitales, especialmente las redes sociales, estableciendo una cultura participativa caracterizada por la interacción entre iguales, basada en la horizontalidad e independencia de las instituciones tradicionales (Jenkins et al., 2009). Es en esta cultura participativa, en las redes sociales, donde los adolescentes se involucran, colaboran y crean contenidos, a la vez que conectan con un amplio abanico de personas que comparten sus intereses (Kahne & Bowyer, 2019).

Es a propósito de la cultura participativa que la participación ciudadana en entornos digitales debe ser contemplada por la educación, asumiendo el reto de proporcionar a los estudiantes la preparación necesaria para llevar una vida responsable en una sociedad del conocimiento y orientaciones para mejorar las condiciones humanas como bases de la democracia y la justicia social (Luengo-Kanacri & Jiménez-Moya, 2017). Además, debe dotar a los jóvenes de competencias que les permitan adoptar un papel activo y crítico ante los textos multimedia y los servicios mediáticos multimodales, permitiéndoles así formar parte de la sociedad de la información (Dias-Fonseca & Potter, 2016; Fuentes & Belando-Montoro, 2022).

Luengo-Kanacri et al. (2021) subrayan que el papel de la escuela no debe considerarse de forma general, sino que debe dar cabida a los mecanismos específicos a través de los cuales operan las dinámicas escolares en relación con las diferencias individuales para garantizar un mayor compromiso cívico entre los jóvenes. En este sentido Fernández-Prado et al. (2021) concluyen que la integración individual en la acción cívica no puede sostenerse solo en el entorno presencial u online, sino que debe complementarse con una fuerte participación en ambos entornos para fomentar un compromiso sostenido en el tiempo, que repercuta tanto en los individuos como en sus comunidades. Asimismo, existe evidencia de que la participación digital informal correlaciona positivamente con la participación cívica offline dentro y fuera de contextos escolares (Días-Fonseca, 2019; Manca et al., 2021), convirtiéndose en un factor importante para explicar los mecanismos de implicación, agencia y participación en adolescentes.

Gleason y von-Gillern (2018) realizaron un estudio en el que proponen que los medios digitales proporcionan una forma entretenida y atractiva para que los jóvenes aprendan sobre su ciudadanía y educación cívica, al tiempo que reducen las barreras a la participación. Asimismo, el uso de las redes sociales es una nueva forma en la que los jóvenes pueden desarrollar sus habilidades de ciudadanía digital a través del intercambio, la producción y el debate de información relacionada con la política. A través de los hallazgos empíricos, encontraron diversas actividades de los jóvenes tanto en entornos digitales como fuera de estos, que van desde participar a través de Twitter sobre las protestas políticas que están teniendo lugar en directo, hasta participar en proyectos de servicio comunitario y generar conciencia y apoyo para una financiación escolar equitativa.

Brechas digitales de género

Con el interés de analizar las políticas públicas en torno a la inclusión digital en Chile, definimos y tipificamos las brechas de acceso (brecha de primer orden), usos (brecha de segundo orden), oportunidades y derechos (Cabello & Claro, 2017b). Se ha destacado que las acciones gubernamentales se centran en el acceso y la conexión individual, considerando oportunidades y beneficios, sin tener en cuenta las diferencias persistentes y sistemáticas entre distintos grupos e individuos de distintos orígenes (Helsper, 2021). En cuanto a las diferencias de género, encontraron que las niñas pasan más tiempo en línea que los niños, y usan más Internet con fines académicos, mientras que los niños lo hacen más con fines de entretenimiento, como jugar en línea (Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021).

Lo anterior refuerza los roles y estereotipos de género, limitando el uso por parte de las mujeres a fines comunicativos y los hombres relacionándose más con habilidades tecnológicas (Masanet et al., 2021). Estas diferencias han llevado a conceptualizar el término brecha digital de género, cuyo propósito es medir el rezago de las mujeres en el acceso, uso y oportunidades de Internet, identificando las barreras que limitan los beneficios de participar en la sociedad digital (Herranz et al., 2017; Del-Campo et al., 2020). La importancia de tipificar las diferencias de usos entre hombres y mujeres radica en que las distintas fuentes de las brechas de género no actúan de forma aislada, sino que interactúan entre sí, acumulando impedimentos en el acceso a las TIC de determinados ciudadanos.

Por ello, es fundamental analizar los tipos de participación digital (aprendizaje, socialización y sociopolítica) y su relación con el compromiso cívico escolar de niños, niñas y adolescentes, prestando especial atención a las diferencias entre niños y niñas. Desde un enfoque de derechos y desarrollo inclusivo, donde los entornos digitales representan nuevos ámbitos de preocupación, es importante salvaguardar los principios de igualdad y no discriminación (Rotondi et al., 2020). Este estudio aportará evidencias empíricas del concepto de brecha digital de género en dominios específicos de la participación digital (aprendizaje, socialización y sociopolítico) y considerando su relación con el compromiso cívico escolar.

El presente estudio

Considerando estudios previos que relacionan el uso de medios digitales con el compromiso cívico escolar (Literat et al., 2018) y que los adolescentes usan con mayor frecuencia los medios digitales para socializar con otros (Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021), este estudio tiene como objetivo explicar la relación entre el uso de medios digitales para la socialización (DSOC) y el compromiso cívico escolar (CIVE). Específicamente, se probó un modelo en el que los medios digitales utilizados para el aprendizaje y con fines sociopolíticos actúan como mediadores en paralelo de esta relación. En otras palabras, hemos planteado la hipótesis de que un mayor uso para socializar (por ejemplo, comunicarse por videollamada con amigos) conduce a mayores usos con fines de aprendizaje (por ejemplo, buscar información o aprender cosas nuevas) y sociopolíticos (p. ej., discutir sobre política en las redes sociales) lo que, a su vez, predice un mayor compromiso cívico en la escuela. Además, considerando las brechas digitales de género descritas por algunos autores (Sanders, 2020; Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021; Masanet et al., 2021; Herranz et al., 2017), hemos analizado el rol moderador del sexo en el modelo de mediación entre DSOC y CIVE a través de DPOL y DLEA. Creemos que este estudio, además de aportar evidencia empírica, puede contribuir al diseño de políticas públicas en contextos escolares.

Método

Participantes y procedimiento

Este estudio se llevó a cabo en cuatro escuelas (públicas y subvencionadas) de la ciudad de Santiago de Chile (dos aulas por escuela). La muestra estuvo conformada por N=524 estudiantes entre 11 y 15 años (M=12 años, DT=1,11), de los cuales 275 fueron niños (52,5%) y 229 fueron niñas (43,7%), y 20 de ellos no reportan su sexo (3,8%). Asimismo, 413 estudiantes (78,8%) se consideraron chilenos y 79 (15,1%) inmigrantes. Los datos se extrajeron del tiempo 1 del proyecto longitudinal ProCiviCo (Luengo-Kanacri et al., 2020), una intervención escolar dirigida a promover el comportamiento prosocial y la participación cívica para la cohesión social. En este estudio se han utilizado los datos previos a la intervención realizada. En cuanto a la selección de las escuelas, estas se identificaron en la ciudad de Santiago, y se presentó el proyecto tanto al consejo escolar como a la asamblea de profesores de cada escuela para su aprobación. Una vez establecida la alianza, se contactó a los estudiantes y sus respectivos padres, quienes dieron su consentimiento para participar, después de recibir toda la información necesaria sobre el proyecto. Los datos fueron recolectados a través de un cuestionario cara a cara dentro de la escuela, instancia en la que un miembro del equipo de investigación y un profesor de la escuela acompañaron a los estudiantes para responder preguntas en caso de dudas. Posteriormente, los datos fueron codificados para resguardar el anonimato de los participantes y realizar el análisis. Finalmente, cabe destacar que el presente proyecto fue aprobado por el comité de ética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, salvaguardando todos los estándares éticos.

Medidas

Compromiso cívico escolar (CIVE)

Para evaluar el compromiso cívico de los estudiantes, se utilizaron tres ítems de la Escala de Compromiso Cívico (ver anexo). Esta escala es una adaptación del International Study of Civic and Citizenship Education (Torney-Purta et al., 2008a; Torney-Purta et al., 2008b). Las opciones de respuesta iban de 1 (Nunca/Casi nunca) a 7 (Siempre). Ejemplos de estos ítems son «Participaste en actividades organizadas por el colegio o por los alumnos fuera del horario escolar (…)», «Participaste en campañas de recaudación de fondos y donaciones para recaudar fondos y donaciones». Alfa de Cronbach=.672.

Actividades (oportunidades) de uso de medios digitales

Para evaluar el uso de los medios digitales por parte de los adolescentes se utilizaron algunos ítems de la dimensión actividades (oportunidades) en relación con la participación ciudadana, las relaciones sociales y el aprendizaje a partir de la adaptación realizada por Cabello et al. (2018) del instrumento Global Kids Online (2022). Las opciones de respuesta van de 1 (Nunca/Casi nunca) a 7 (Siempre). Se evaluaron tres dimensiones de la siguiente manera.

Dimensión sociopolítica (DPOL)

Se utilizaron cuatro ítems para evaluar relaciones comunitarias creadas para compartir dinámicas de información sobre los hechos que afectan a la sociedad (ver anexo). Un ejemplo de ítem es «¿Has discutido problemas sociales o políticos con otras personas en Internet?». Alfa de Cronbach=.672.

Dimensión de aprendizaje (DLEA)

Dos ítems midieron la posibilidad de buscar información para adquirir nuevos conocimientos, utilizando Internet para realizar trabajos y tareas (ver anexo). Un ejemplo de ítem es «¿Has aprendido algo nuevo buscando en Internet?». Correlación de Pearson=.342 p<.001.

Dimensión de socialización (DSOC)

Dos ítems midieron las nuevas posibilidades de relacionarse y socializar con los demás, trascendiendo las limitaciones espaciales y favoreciendo la identificación y consolidación de grupos con intereses compartidos (ver anexo). Un ejemplo de esta escala «¿Has hablado con la familia o amigos que viven lejos (ej. Por Skype, Hangout, Facetime)?». Correlación de Pearson=.672. p<.001.

Análisis

Para el análisis descriptivo y de correlación se utilizó el software SPSS 25. Se probó un modelo de mediación paralela en el que los usos de los medios digitales predijeron el compromiso cívico escolar usando la modelización de ecuaciones estructurales en el software MPLUS 8.3 (Muthén & Muthén, 2017). Esta técnica multivariada utiliza un modelo conceptual, un diagrama de ruta y un sistema de ecuaciones de regresión vinculadas para capturar relaciones complejas y dinámicas dentro de una red de variables observadas y no observadas (Gunzler et al., 2013). Como método de estimación se utilizó la Máxima Verosimilitud (ML). Se utilizaron los siguientes criterios para determinar un ajuste de modelo aceptable: El error cuadrático medio de aproximación (Moot Mean Square Error of Approximation RMSEA) ≤0,06, índice de ajuste comparativo (Comparative Fit Index CFI) ≥0,95, índice de Tucker-Lewis (TLI) ≥0,95, y el residuo estandarizado cuadrático medio (Standardised Residual Mean Square SRMR) ≤0,08 indicando un buen ajuste (Hu & Bentler, 1998). En el modelo, las variables se definieron como variables latentes (es decir, constructos o factores que sintetizan los ítems medidos). Antes de probar las relaciones directas e indirectas, se probó el modelo de medida, para verificar que la estructura factorial fuera la adecuada. Se utilizó el enfoque de Bias-correction bootstrap (BC) para determinar la significatividad de los efectos indirectos (IC del 95 %) a través de 5.000 remuestreos.

Resultados

Estadísticos descriptivos y correlaciones

La Tabla 1 muestra las estadísticas descriptivas y las correlaciones entre las variables del modelo. La participación cívica escolar se relacionó positivamente con las dimensiones de socialización (r=0,22, p<0,01), sociopolítica (r=0,353, p<0,01) y de aprendizaje (r=0,26, p <0,01) del uso de medios digitales. En otras palabras, los adolescentes con mayor uso de medios digitales para los fines analizados muestran un mayor compromiso cívico escolar.

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En cuanto a las variables de control, el sexo (2=mujeres) se asoció negativamente con la dimensión socialización (r=-.13, p<0,01) y la sociopolítica (r=-.13, p<0,01). Esto significa que las niñas y adolescentes mujeres utilizan menos los medios digitales para estos fines que los niños y adolescentes varones. Asimismo, cuanto mayor es el nivel educativo de la madre, los adolescentes utilizan más los medios digitales para socializar (r=.10, p<0,05) y para el aprendizaje (r=.16, p<0,01).

Modelo de medida

Se incluyeron cuatro variables latentes en el modelo: compromiso cívico escolar, participación sociopolítica digital, sociabilidad digital y aprendizaje digital. Se realizó un Análisis Factorial Confirmatorio para analizar el modelo de medición. Las cargas factoriales de todos los ítems hacia sus respectivos constructos fueron significativas (p<0,001), indicando la unidimensionalidad de cada variable latente analizada. Los índices de ajuste del modelo de medida fueron satisfactorios (RMSEA=.040 [90% IC=.024, .055], CFI=0.979, TLI=.969, SRMR=.033) Chi2=68,32 p-value =.0018.

Modelo estructural

Analizamos un modelo de mediación con MPlus, para identificar el efecto indirecto de DSOC sobre CIVE a través de la mediación paralela de DPOL y DLEA. Además, controlamos algunas covariables: sexo, edad y nivel educativo de la madre.

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Una vez verificado el modelo de medición, se examinó el efecto del uso de los medios digitales para la socialización (DSOC) sobre el compromiso cívico escolar (CIVE) a través de la mediación paralela del uso de los medios digitales con fines sociopolíticos (DPOL) y el uso de los medios digitales con fines de aprendizaje (DLEA). Además, se controlaron los efectos del sexo, la edad y el nivel educativo de la madre. En conjunto, el modelo estructural mostró un buen ajuste (RMSEA [IC 90%]=.033 [.019, .046], CFI=0.977, TLI=.968, SRMR=.040; Chi2=95,767 p-value r=.0049). La Figura 1 muestra las rutas de influencia en detalle.

El mayor uso de los medios digitales para socializar se asoció con un mayor uso con fines sociopolíticos y de aprendizaje, lo que, a su vez, condujo a un alto compromiso cívico en la escuela. En cuanto a las variables de control, la edad tuvo un efecto significativo y positivo en DPOL (β=.22; p<.001) y negativo en DLEA (β=-.12; p<.05). El sexo muestra un efecto negativo en DPOL (β=-.10; p<.05), es decir, las niñas y adolescentes mujeres usan menos los medios digitales con fines sociopolíticos que los niños y adolescentes varones. El nivel educativo de la madre incide positivamente en la DLEA (β=0,128; p<.05), es decir, los niños y adolescentes cuyas madres tienen mayor nivel educativo utilizan más medios digitales para aprender.

Efectos indirectos

La Tabla 2 muestra los efectos de mediación paralelos de DLEA y DPOL en la relación entre DSOC y CIVE. DLEA medió significativamente la relación entre DSOC y CIVE (IC del 95%=[0,082, 0,314]). De manera similar, DPOL medió en la relación entre DSOC y CIVE (95% IC= [.076, .238]). El efecto directo entre DSOC y CIVE en el modelo no fue significativo, indicando una mediación total de DLEA y DPOL. En otras palabras, los adolescentes que socializan a través de los medios digitales tienen un mayor compromiso cívico en la escuela porque utilizan más los medios digitales con fines sociopolíticos y de aprendizaje.

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Multigrupo por sexo

Se utilizó un análisis multigrupo para explorar las diferencias de sexo en el modelo de mediación paralela. El modelo con todas las rutas invariantes entre grupos mostró un buen ajuste (RMSEA [IC 90%]=.037 [.020, .051], CFI=0.969, TLI=.964, SRMR=.055; Chi2=173.929 p-value =.0072). La Figura 2 muestra las rutas de influencia en detalle.

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Los efectos indirectos de DSOC en CIVE a través de DLEA y DPOL fueron significativos tanto en niñas y adolescentes mujeres como en niños y adolescentes hombres. Sin embargo, como se muestra en la Tabla 3, los tamaños del efecto variaron entre hombres y mujeres.

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Discusión y conclusiones

Este estudio tuvo como objetivo explicar la relación entre el uso de los medios digitales para la socialización (muy frecuente entre los adolescentes) y el compromiso cívico escolar, a través de la mediación de otros tipos de usos (para el aprendizaje o con fines sociopolíticos). El modelo hipotético que hemos propuesto para explicar esta relación ha demostrado que es plausible que la socialización a través de medios digitales no esté directamente relacionada con el compromiso cívico escolar, sino que esta se relaciona indirectamente, a través del efecto que tiene sobre los usos para el aprendizaje (por ejemplo, buscando información o aprendiendo cosas nuevas) y con fines sociopolíticos (ejemplo, hablar de política en las redes sociales).

A pesar de los riesgos que puede representar el uso de los medios digitales por parte de niños y adolescentes (Arab & Díaz, 2015), los resultados de este estudio muestran el potencial del uso de los medios digitales en el desarrollo y ejercicio de la ciudadanía en contextos escolares. Se confirma una alta correlación entre los usos de los medios digitales para diferentes propósitos (sociopolíticos, socialización y aprendizaje). Además, se encontró que este modelo de mediación paralela es significativo tanto en niños como en niñas, aunque el tamaño del efecto de mediación es mayor en los niños. El uso de los medios digitales para el aprendizaje y con fines sociopolíticos estuvo directamente relacionado con el compromiso cívico escolar, sin embargo, dentro del modelo, el uso de medios digitales para socializar no estuvo directamente relacionado. Considerando que los adolescentes utilizan con mayor frecuencia los medios digitales para socializar a través de plataformas de redes sociales (Cabello & Claro, 2017a; Cabello et al., 2021; De-la-Torre & Fourcade, 2012), propusimos un modelo donde el uso para socializar influye indirectamente el compromiso cívico escolar a través de usos sociopolíticos y de aprendizaje. De manera similar, los resultados mostraron que el uso de los medios digitales para el aprendizaje también media la relación entre el uso para la socialización y el compromiso cívico escolar. En este sentido, cuando los estudiantes usan las plataformas digitales para socializar, aprender nuevos conocimientos y habilidades o para hacer tareas, también predicen mayores niveles de compromiso cívico escolar.

El aumento de las Tecnologías de Infraestructura de Telecomunicaciones (TIC) y la proliferación de teléfonos celulares han puesto en evidencia las disparidades en la forma en que las personas usan y aprovechan estas tecnologías (Helsper, 2017; Helsper, 2021). Así, los beneficios del uso de las TIC dependen no solo del acceso, sino que también de las características individuales, sociales y culturales de las personas para aprovechar las oportunidades disponibles en los entornos digitales. Uno de los desafíos de estudiar la brecha digital es su superposición con otras formas de desigualdad (Herranz et al., 2017), como el sexo o el estatus migratorio. Los resultados están relacionados con el metanálisis de jóvenes, medios digitales y compromiso (Boulianne & Theocharis, 2020), el cual encontró que la forma en que los adolescentes usan los medios digitales en línea tiene consecuencias para el compromiso cívico externo (por ejemplo, voluntariado, participación o protestar) y estos impactos positivos dependen de los usos políticos de los medios digitales, como discutir sobre política en línea, leer o seguir noticias políticas o blogs.

La división por sexo nos muestra que el uso de los medios digitales con fines sociopolíticos y de aprendizaje como mecanismos de mediación funcionan de la misma manera en niños y niñas. Sin embargo, la fuerza de las relaciones entre los diferentes usos de los medios digitales y el compromiso cívico escolar es más fuerte en los niños que en las niñas. Esto es consistente con investigaciones previas que han encontrado que los hombres están más involucrados en actividades de creación de contenidos digitales y están más relacionados con la tecnología, lo que favorece una mayor adquisición de habilidades digitales en comparación con las mujeres (Masanet et al., 2021). Asimismo, evidencia las brechas de género en el uso de los medios digitales, lo que podría, a su vez, reflejarse en la diferencia en el compromiso cívico escolar entre niños y niñas (Rotondi et al., 2020).

Una de las limitaciones de este estudio es el número de participantes inmigrantes, que si bien no es insignificante (15,1% del total de la muestra), consideramos que no representan una muestra suficiente para realizar análisis comparativos, por lo que sería interesante profundizar en cómo se relaciona el estatus migratorio con la brecha digital de segundo orden. En base a lo anterior, esperamos que este estudio pueda incentivar futuras investigaciones considerando el contexto de pandemia y realizar análisis estadísticos con una muestra representativa de niños migrantes, con el fin de explorar los usos que se les da a los entornos digitales, en el nuevo contexto global y la influencia de la interseccionalidad en este ámbito. Además, somos conscientes de que estos datos fueron recolectados en un solo país, Chile, por lo que sería interesante fortalecer esta evidencia en otros lugares. Aunque el modelo de ecuaciones estructurales ha demostrado que las relaciones causales son plausibles (el modelo ha mostrado un buen ajuste), no descartamos que otros modelos alternativos también sean plausibles, considerando que el diseño del estudio fue transversal. Sería pertinente probar el modelo en futuros estudios longitudinales o comparar diferentes modelos alternativos.

Finalmente, como consideraciones futuras y en cuanto a la contribución al desarrollo de las políticas públicas, creemos relevante que las instituciones educativas reflexionen sobre los desafíos que trae la sociedad digital al proceso de enseñanza-aprendizaje. La escuela podría servir como mediadora para que el uso cotidiano de los adolescentes sobre los medios digitales se traduzca en acciones cívicas, aprovechando el enorme potencial que ofrecen los medios digitales en los procesos de aprendizaje y también en relación a causas sociales y políticas. (1)