Educomunicación y uso adecuado de redes sociales en la preadolescencia

Educommunication and Appropriate Use of Social Media in Preadolescence

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RESUMEN

El uso de redes sociales durante la preadolescencia impacta cognitiva, conductual y emocionalmente en el desarrollo educativo de los menores. Teniendo esto en cuenta, el estudio abarca dos dimensiones. Primeramente, tiene como objetivo examinar los patrones de uso de redes sociales en un grupo de alumnos en edad preadolescente, con el propósito de establecer posibles correlaciones con su rendimiento escolar. Por otro lado, busca evaluar la eficacia de una intervención comunicativa orientada a concienciar sobre el correcto uso de redes sociales, tanto en términos informativos como en la modificación de comportamientos. El enfoque metodológico implica un diseño pre-test post-test en un solo grupo experimental, conformado por 136 estudiantes de entre 10 y 12 años. El análisis de datos se realiza mediante técnicas estadísticas, que incluyen un análisis de correlación, un modelo de regresión logística binaria (RLB) y un test de Wilcoxon de datos pareados. Los resultados indican que los sujetos de la muestra dedican casi dos horas diarias al uso de redes sociales, mientras que el control parental es insuficiente e ineficaz. Se observa una correlación inversa entre el rendimiento escolar y el número de redes sociales utilizadas, así como con las horas diarias de uso. No obstante, tras la implementación de las acciones, se evidencia una disminución estadísticamente significativa en los patrones de uso y consumo de estas plataformas

ABSTRACT

The use of social media during preadolescence has cognitive, behavioral, and emotional impacts on the educational development of minors. With this in mind, the study encompasses two dimensions. Firstly, it aims to examine the social media usage patterns of a group of preadolescent students, with the goal of establishing possible correlations with their academic performance. Secondly, it seeks to evaluate the effectiveness of a communicative intervention aimed at raising awareness about the proper use of social media, focusing on both informative aspects and behavior modification. The methodological approach involves a pre-test post-test design with a single experimental group, consisting of 136 students aged 10 to 12. Data analysis is carried out using statistical techniques, including correlation analysis, a binary logistic regression model (BLR), and a Wilcoxon signed-rank test for paired data. The results indicate that the subjects in the sample spend almost two hours a day on social media, while parental control is insufficient and ineffective. An inverse correlation is observed between academic performance and both the number of social media platforms used and the daily hours of use. However, after the implementation of the actions, a statistically significant decrease in usage and consumption patterns of these platforms is evident.

Keywords / Palabras Claves

Educomunicación, redes sociales, infancia, adolescencia, alfabetización digital, rendimiento escolar.
Educommunication, Social Media, Chilhood, Adolescence, Digital Literacy, Academic Performance.

1.  Introducción

1.1.  Tecnologías, redes sociales y preadolescencia

Las redes sociales son uno de los principales resultados de la revolución digital y los cambios socioculturales recientes (Kaplan, 2015). La constante evolución de la tecnología y la omnipresencia de Internet están transformando los hábitos de interacción interpersonales. En este entorno virtual, surgen nuevas formas de comunicación, acceso a la información y métodos de trabajo. Las plataformas digitales han evolucionado en paralelo a estos avances y se han convertido en una parte integral de la vida cotidiana, familiar, académica y de entretenimiento, incluso para los más jóvenes (López-Iglesias, Tapia-Frade y Ruiz-Velasco, 2023; Morduchowicz, 2022).

En la actualidad, se observa una tendencia en la que los niños y niñas experimentan una transición más temprana hacia la preadolescencia, madurando a un ritmo acelerado. Este fenómeno se atribuye en gran parte a la interacción de las nuevas generaciones con un mundo radicalmente diferente al de sus predecesores, marcado por Internet, las redes sociales y la globalización (Espinel-Rubio, Hernández-Suárez y Prada-Núñez, 2021). El desarrollo humano es un proceso continuo y acumulativo que avanza hacia una mayor complejidad, organizándose gradualmente en habilidades interconectadas en los aspectos cognitivos, sociales y físicos (Alkire, 2002). Desde una perspectiva psicológica, los preadolescentes desarrollan competencias cognitivas, razonamiento abstracto y capacidad de diferenciar lo real de lo posible (Bustamante-Espinoza et al., 2022). La revisión de la identidad personal es una parte crucial de esta etapa, y el ajuste que hagan en este sentido influirá en su bienestar psicológico futuro. A su vez, experimentan cambios morales, pasando de la obediencia ciega al juicio propio y cuestionando las normas familiares (Gregorio, 2024; Hart y Carlo, 2005).

Las interacciones sociales adquieren una nueva dimensión, el auge de las redes sociales ha provocado que esas relaciones se canalizan cada vez más a través de la esfera online (Correa y Vitaliti, 2018). La experiencia digital a estas edades ha experimentado un crecimiento notable debido a la proliferación de dispositivos tecnológicos como smartphones, tabletas, smart TVs o videoconsolas; esto ha provocado que la edad de adquisición de teléfono móvil propio haya disminuido, y la necesidad y la práctica de estar constantemente conectados haya aumentado (Domingues-Montanari, 2017; Hurtado, 2024). Las redes sociales juegan un papel importante en la vida de los preadolescentes, ya que se involucran en ellas desde edades tempranas, y a menudo lo hacen con supervisión limitada de adultos, lo que lleva a un aprendizaje por ensayo y error y comportamientos de riesgo (Bozzola et al., 2022; Douglas et al., 2023; Sánchez-Teruel y Robles-Bello, 2016).

En definitiva, estas plataformas representan nuevos entornos de consumo de contenido y relación. Las posibles motivaciones para formar parte de ellas son variadas: ser visibles a sus amigos, estar conectados con ellos, reafirmar su identidad en el grupo, o satisfacer la necesidad de popularidad o aceptación (Martín-Cárdaba et al., 2024). Esto provoca que puedan observarse contradicciones entre la autopercepción del uso seguro o adecuado y las conductas de riesgo que realizan (Echeburúa, 2013; Tejada Garitano, Castaño Garrido y Romero Andonegui, 2019). Para concluir el apartado, se destaca el estudio longitudinal de Plaza de la Hoz (2020), que muestra que los adolescentes están normalizando su relación con las TIC, con un uso que comienza a edades tempranas y se intensifica en la adolescencia. En ese sentido, Loleska y Pop-Jordanova (2021) consideran que, dada la omnipresencia de la tecnología y sus riesgos, es crucial retrasar la edad de acceso y promover medidas de protección desde las primeras etapas.

1.2.  Beneficios e inconvenientes de la tecnología y las redes sociales en la preadolescencia

Las plataformas digitales ofrecen una serie de beneficios fundamentales para la educación y el desarrollo de los preadolescentes, al mismo tiempo que plantean problemáticas que requieren ser cuidadosos. Desde una perspectiva positiva, las redes sociales proporcionan acceso a nuevos conocimientos y mejoran las habilidades de comunicación interpersonal, lo que a su vez, puede contribuir a reducir las desigualdades (Aguilar, 2024; Reid-Chassiakos et al., 2016; Tartari, 2015). Como se ha expuesto, desempeñan un papel destacado en el desarrollo psicológico-social, y se han convertido en recursos valiosos desde el punto de vista de la formación (Chugh y Ruhi, 2018). A nivel educativo, se emplean para enriquecer las experiencias de aprendizaje, acercando la educación a la realidad de la sociedad digital: estimulan la motivación, fomentan el aprendizaje colaborativo y la construcción compartida del conocimiento (Prada-Núñez, Hernández-Suárez y Maldonado-Estevez, 2020; Zachos, Paraskevopoulou-Kollia y Anagnostopoulos, 2018).  Además de estos beneficios, promueven el desarrollo de habilidades múltiples, facilitan el acceso al conocimiento, estimulan la creatividad, mejoran la capacidad de investigación y ofrecen oportunidades para la socialización, la colaboración y la participación en movimientos solidarios. Todo esto resulta útil a la hora de enfrentar el mundo laboral y desarrollar el espíritu emprendedor (Reid-Chassiakos y Weigle, 2014; Reid-Chassiakos et al., 2016; Zambrano, Sierra y Zamora, 2023).

No obstante, es necesario que los preadolescentes utilicen estas plataformas de manera responsable y segura. Los riesgos incluyen el uso inapropiado, el exceso de tiempo en línea, el ciberacoso y la exposición a contenido inadecuado (Frutos-Torres y Marcos-Santos, 2017). Para mitigarlos, es fundamental regular el tiempo de uso, fomentar la educación digital y la alfabetización mediática, y reducir la exposición de información personal (véase tabla 1). En este entorno de convergencia mediática, es indispensable aprender a gestionar la información, identificando el contenido útil y evitando el nocivo. La privacidad en línea también es importante para prevenir la suplantación de identidad y el grooming (Astorga-Aguilar y Schmidt-Fonseca, 2019). Un planteamiento efectivo para garantizar la seguridad digital implica la formación en el uso adecuado y actitudes responsables hacia estas plataformas. La mediación parental y educativa, combinada con el desarrollo de habilidades tecnológicas y pensamiento crítico, contribuye a una interacción segura en línea.

Tabla 1: Riesgos en el uso de las redes sociales en la preadolescencia y medidas protectoras.

Riesgo principal

Riesgos derivados

Medidas protectoras

Uso incorrecto

Uso excesivo Ciberacoso

Regulación del tiempo de uso Trabajo actitudinal

Acceso a contenido inadecuado

Bulos y fraudes

Discursos de odio

Comunidades peligrosas

Educación digital

Alfabetización mediática

Exposición información personal

Suplantación identidad

Grooming

Reducción información pública

Fuente: elaboración propia en base a Frutos-Torres y Marcos-Santos (2017), INCIBE (2022), IS4K (s.f.)

Más allá de los riesgos potenciales en la esfera digital, un uso inadecuado de la tecnología a edades tempranas tiene consecuencias en la realidad. Se ha vinculado con la agresividad, la reducción de atención, el daño en la audición, el cansancio en los ojos, la falta de actividad física, con dolores de espalda, creación de falsa libertad y aparición de cambios en la conducta (Fowler y Noyes, 2017). Sahu, Gandhi y Sharma (2019) explican que el continuo uso del teléfono móvil puede producir una alteración en la actividad psicológica y social, llegando a crear un problema para la salud: insomnio, ansiedad, estrés y depresión. Ruiz de Miguel, Domínguez-Pérez y Rodríguez Sánchez (2021) también señalan que el uso excesivo de dispositivos móviles desde temprana edad puede causar estrés y depresión. Por otra parte, indican que este hábito podría llevar a problemas en la comunicación y el manejo del estrés, dificultades para enfrentar situaciones difíciles, falta de recursos para resolver problemas, baja autoestima, poca amabilidad, mayor extroversión, impulsividad y estabilidad emocional reducida.

Por tanto, los problemas de ser dependientes de dispositivos electrónicos en estas edades, condicionan la vida a nivel psicológico, fisiológico, afectivo y relacional (Ruiz de Miguel et al., 2021). En esa línea, un enfoque de investigación muy utilizado es el análisis vinculado con el rendimiento escolar, diversos autores (Chávez-Moreno et al., 2021; Muñoz-Franco, Díaz-López y Sabariego-García, 2023; Paniora-Marroquín et al., 2021) han estudiado este fenómeno, concluyendo que el uso inadecuado o excesivo de dispositivos móviles y/o redes sociales, condiciona negativamente el rendimiento escolar de los sujetos.

1.3.Potencial formativo de la educomunicación tecnológica

La educomunicación posee potencial para involucrar a diversos actores en la promoción de una sociedad más democrática, ética y justa (Aparici et al., 2010; Gozálvez-Pérez y Contreras-Pulido, 2014; Jiménez y Fernández, 2024). Este tipo de estrategias se basan en el aprovechamiento de la capacidad persuasiva de la comunicación para abordar cuestiones sociales relevantes y fomentar un cambio positivo. En el ámbito educativo, considerando el creciente acceso de los preadolescentes a las tecnologías digitales, se requiere un esfuerzo formativo para que aprovechen sus ventajas y minimicen los riesgos asociados (Peñuela, 2023). La educomunicación puede ejercer como una herramienta que promueva la colaboración y la aplicación de metodologías activas de aprendizaje que permitan crear conciencia sobre un uso seguro y responsable de la tecnología (Bermejo-Berros, 2021). El objetivo es informar y formar a estudiantes, docentes y familias a través de producciones creativas que se comparten en las aulas y en los canales de comunicación de la institución educativa, generando un impacto positivo en la comunidad escolar (Jiménez y Fernández, 2024).

Es fundamental concienciar sobre el uso responsable de la tecnología y las redes sociales en edades tempranas (Cloquell-Lozano, 2015). Para ello, existen numerosos recursos y programas de formación disponibles, tanto en línea como a través de organismos gubernamentales y entidades privadas. El aprendizaje sobre la identidad digital, la privacidad y el comportamiento ético en línea es vital para los preadolescentes. Las familias deben guiar a los jóvenes en la selección de plataformas adecuadas, establecer medidas de seguridad y fomentar la responsabilidad en línea. También deben servir como modelos de comportamiento y estar disponibles para abordar cualquier situación problemática que pueda surgir (Chen et al., 2012; Greyson et al., 2023; López-De Ayala, Martínez-Pastor y Catalina-García, 2019).

Las acciones de educomunicación utilizadas para la concienciación de los preadolescentes sobre el uso moderado y responsable de redes sociales, deben tomar en consideración el conjunto de actores involucrados en el proceso. Por un lado están los agentes encargados de la formación humana, personal y cultural, que son la familia y el profesorado; pero es necesario enfatizar el papel de los encargados de legislar, diseñar y proponer currículos formativos y/o de ocio. Todos son responsables de informar, formar y proteger a los preadolescentes para que puedan avanzar en su formación personal, con la triple seguridad en su uso de las TIC: seguridad física, seguridad lógico-informática y seguridad jurídica (Davara, 2016; Peñuela, 2023). La comunicación debe promover la sensibilización y la comprensión de todas las partes implicadas sobre los riesgos, normas, garantías y derechos relativos a la utilización de las redes sociales durante estas edades y conseguir que la ley avance al ritmo de la realidad para que realmente esté al servicio de los ciudadanos también en el ámbito de Internet y la utilización de las herramientas asociadas.

2.  Objetivos e hipótesis

La investigación se propone dos objetivos. En primer lugar, se pretende conocer los hábitos de uso e interacción en las redes sociales de un grupo de estudiantes de entre 10 y 12 años y los potenciales efectos que este uso puede tener sobre su rendimiento escolar. Por otra parte, también se aspira a evaluar y analizar la eficacia de un conjunto de acciones comunicativas destinadas a concienciar sobre el correcto uso de las redes sociales, tratando así de comprobar el potencial transformador y formativo de estas acciones. Se plantean dos hipótesis, una correspondiente a cada objetivo. La hipótesis relacionada con el primer objetivo, afirma una correlación inversa entre un uso excesivo de las redes sociales y un buen rendimiento escolar. Sobre el segundo objetivo, se plantea que el conjunto de actividades comunicativas implementadas son beneficiosas para potenciar un uso seguro y responsable de las redes sociales en los menores.

3.  Metodología

El enfoque que se le otorga a la investigación implica un diseño pre-test y post-test de un solo grupo experimental. Al carecer de grupo de control, es una investigación pre-experimental. De esta manera se miden ciertas variables en dos ocasiones, antes y después de un tratamiento consistente en exponer a la muestra actividades de educomunicación destinadas a concienciar sobre el uso responsable de redes sociales.  Entre las actividades se incluyen: sesiones expositivas sobre los peligros de las redes sociales (realizadas por miembros del Cuerpo Nacional de Policía), cartelería, flyers, una publicación en la web del colegio y un mensaje digital a los padres del alumnado a través de la plataforma de comunicación interna del centro.

La medida inicial (pre-test) se realiza a través de un primer cuestionario, seguidamente se aplica el tratamiento (campaña de educomunicación) y por último, un segundo cuestionario (post-test) que medirá el cambio provocado. Con el fin de triangular la metodología se realiza una entrevista en profundidad que aporte valor cualitativo al estudio. Se trata de una entrevista a una persona experta en el tema, Magdalena Godoy Toharia, orientadora en el Equipo de Orientador Educativa Málaga Sur e investigadora en intervención psicoeducativa. Se desarrolla con anterioridad al conjunto de acciones que marcan el punto de inflexión entre ambos cuestionarios, por lo que, la información obtenida ayuda a orientar y focalizar dichas acciones con mayor precisión y fundamento.

Consecuentemente, es una investigación de tipo mixto, ya que aunque la mayoría de elementos tanto en la recogida como el análisis de datos son cuantitativos, se combinan con una entrevista cualitativa.

3.1.Muestra

La muestra está compuesta por estudiantes de tercer ciclo de un Colegio Público de Educación Primaria situado en un barrio de clase media. Es decir, alumnado de quinto y sexto de primaria (entre 10 y 12 años). En total, 136 preadolescentes. La variabilidad de edades entre los sujetos implica la posibilidad de cambios cognitivos o psicoemocionales. Para salvaguardar la representatividad de los resultados, se requiere de un análisis constante que analice si existen diferencias en base a la edad. La horquilla de edades que componen la muestra se justifica en un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2020) en el que se afirma que la disposición de un teléfono inteligente aumenta una vez el niño cumple diez años. De hecho, el 75% de los niños y niñas de 12 años en España tiene móvil propio. Por ello esa franja de edad, representa el momento vital en el que los usuarios son más inexpertos en el uso de la tecnología (incluyendo las redes sociales) y esto trae consigo una gran vulnerabilidad ante los diferentes peligros que hay en la red. Un primer análisis descriptivo de la información general de los sujetos de la muestra señala que en la prueba participaron 63 niñas (46,3%) y 73 niños (53,7%) de 10, 11 y 12 años. Llama la atención que la totalidad hace uso de redes sociales en mayor o menor medida, y que, en mayor o menor medida, todos son conscientes de que estas plataformas entrañan algún tipo de riesgo.

3.2.  Técnicas y herramientas de recopilación de datos

La primera técnica de investigación que se emplea es la encuesta, instrumentalizada a través de un cuestionario. Su utilización se justifica por su versatilidad para recopilar datos sistemáticos en grandes muestas. Se emplea un enfoque cuantitativo para obtener los datos. Considerando el diseño pre-test post-test, se realizan dos cuestionarios. Los dos indagan sobre los hábitos de uso de redes sociales del alumnado, su conocimiento sobre conceptos asociados al tema y su autopercepción sobre la asunción de riesgos en su actividad en línea. Entre ambos cuestionarios se lleva a cabo una intervención a través de una campaña de educomunicación orientada a fomentar el uso correcto de redes sociales. Por lo tanto, el primer cuestionario mide los valores iniciales y el segundo evalúa los cambios producidos con posterioridad al conjunto de acciones comunicativas.

Se deja un tiempo entre ambos cuestionarios para asimilar conceptos y cambiar hábitos, y se realizan en periodos de baja presión escolar para aumentar la representatividad. Las respuestas son anónimas para fomentar la honestidad, pero se utilizan identificadores numéricos para comparar datos de cada estudiante y obtener sus calificaciones, facilitadas anónimamente por parte del colegio. Esto permite analizar la relación entre el uso de redes sociales y el rendimiento escolar. En cuanto a las variables medidas, se establecen cuatro bloques. El primero de ellos únicamente se incluye en la medida pre-test y comprende el sexo, la edad y el tiempo medio diario que dedican a estudiar y a hacer deporte. Las otras tres categorías incluyen los hábitos de uso de redes sociales, el conocimiento de conceptos relacionados y una valoración personal de los riesgos que asumen al utilizar estas plataformas.

Es importante señalar que, para validar el cuestionario, se llevó a cabo una prueba piloto con veinte estudiantes. Esto permitió realizar ajustes en el contenido del segundo cuestionario, eliminando preguntas innecesarias y optimizando el instrumento en función de las respuestas obtenidas en la primera fase. Ambos cuestionarios, la operacionalización de las variables medidas y la base de datos de las respuestas están disponible en Castillo-Esparcia, Serna-Ortega y Moreno-Cabanillas (2023). Además, también se incluyen los elementos gráficos creados para la campaña: flyers, carteles e infografía. Adicionalmente a los cuestionarios, se utiliza otra técnica de recogida de datos. Se lleva a cabo una entrevista en profundidad a Magdalena Godoy Toharia, experta e investigadora en intervención psicoeducativa. Esta entrevista aporta una perspectiva cualitativa que complementa los datos numéricos obtenidos y permite comprender mejor el impacto cognitivo, conductual y emocional del uso de redes sociales en menores. Además, ayuda a valorar las implicaciones prácticas de la información y enriquece las conclusiones con un enfoque más realista.

3.3.Técnicas y herramientas de análisis de datos

Para analizar los datos recopilados en el primer cuestionario, se aplican varias herramientas de tipo estadístico. En primer lugar, se realiza un análisis descriptivo que proporciona una visión general de la información obtenida. Luego, se lleva a cabo un análisis de correlación entre variables no dicotómicas para identificar relaciones y determinar su fuerza y dirección. Por último, se emplea un Modelo de Regresión Logística Binaria (RLB), especialmente útil cuando se busca predecir eventos binarios, como si el estudiante suspende o no alguna asignatura. Este modelo permite estimar la probabilidad de que ocurra un evento en función de múltiples variables predictoras, ayudando a comprender la influencia de cada factor sobre la variable dependiente. En líneas generales, las herramientas implementadas para profundizar en los valores obtenidos en el primer cuestionario pretenden explorar los hábitos de uso de redes sociales y establecer relaciones con el rendimiento escolar de los estudiantes, tal y como se propone en el primer objetivo del estudio.

En el análisis del segundo cuestionario, se evalúa la eficacia de las acciones comunicativas sin necesidad de repetir todas las preguntas del primer cuestionario, ya que las variables identificativas de los sujetos permanecen constantes. Se centra en medir variables relacionadas con los hábitos de uso de las redes sociales y el conocimiento y percepción de cuestiones relacionadas con la seguridad en línea. Estos datos se someten a un análisis de comparación de datos pareados utilizando el Test de Wilcoxon (que se utiliza cuando no se pueden asumir distribuciones normales en las muestras) para determinar si existen diferencias estadísticamente significativas entre las variables obtenidas en ambas encuestas. Por tanto, el análisis comparativo de los valores obtenidos en este cuestionario, pretenden determinar el impacto de las acciones educomunicativas desarrolladas, dando así respuesta al segundo objetivo.

4.  Resultados

Para estructurar y cohesionar los resultados de acuerdo con los objetivos de la investigación, estos se dividen en tres partes.

4.1.Uso de redes sociales y rendimiento escolar

Al evaluar los datos sobre el rendimiento escolar proporcionados de manera anonimizada por el centro (véase tabla 2), se aprecia que las niñas logran un promedio ligeramente superior en sus calificaciones y tienen una tasa de suspensos algo menor en comparación con los niños. Es importante destacar que las puntuaciones promedio siguen una distribución normal, como indican los resultados de los tests de normalidad de Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilk, en ambos casos con un p_value > 0,05.

Tabla 2: Nota media y número de suspensos en función del sexo.

 

Sexo

Índice

Desviación estándar

Varianza

F

Nota Media

7,2744

1,50341

2,260

Media Asignaturas Suspensas

0,477

1,1020

1,1214

M

Nota Media

6,8244

1,41439

2,000

Media Asignaturas Suspensas

0,566

1,2405

1,539

Fuente: elaboración propia

 

Figura 1: Horas de uso diarias y variables relativas a riesgos.

image

10

8

6

4

2

0

-2

 

 

NotaMedia

HorasDeporteDia

      F                     Sexo                     M

HorasEstudioDia HorasUsoDiarias

F

Sexo                     M

 

Outliers

Extremes

AsumeRiesgos

Outliers

image                                                                                                                                                                                                                                                    ConoceRiesgos

Extremes Fuente: elaboración propia.

 

En cuanto al primer gráfico de diagrama de caja (box-plot) que se presenta a continuación, se nota que no hay diferencias significativas en las horas dedicadas al estudio, la actividad deportiva y el uso de redes sociales en función del sexo de los preadolescentes. Sin embargo, es relevante mencionar que dedican más tiempo a las redes sociales en comparación con el tiempo destinado al estudio o la actividad física (véase figura 1, izquierda). En relación a los hábitos de uso de redes sociales por parte de la muestra, se destaca que un alto porcentaje de individuos posee un teléfono móvil para uso personal (72,05%, n=98), y la mayoría de ellos ha adquirido su dispositivo propio en los últimos tres años o menos. En lo que concierne a las redes sociales utilizadas, se deduce a partir del cuestionario que muchos de los encuestados hacen uso de tres o más plataformas, con un promedio de 3,3 redes por persona. La red social más popular es Instagram, seguida por Whatsapp y TikTok. Por el contrario, el uso de Facebook es prácticamente marginal a esas edades. Es relevante destacar que las niñas utilizan un mayor número de redes sociales que los niños y también manejan un mayor número de dispositivos.

En cuanto a los horarios y días de mayor uso, los resultados son concluyentes. El periodo de mayor actividad en las redes sociales es por la tarde, y los días de mayor uso son los fines de semana. Finalmente, en el análisis descriptivo de las variables relacionadas con el conocimiento de peligros y la asunción de riesgos por parte de los encuestados, revela que tanto niñas como niños muestran niveles similares en ambas variables (véase figura 1, derecha). Si se analizan las diferencias en estas variables según grupos de edad, tampoco se encuentran disparidades significativas. Un hallazgo interesante derivado de este análisis inicial es que, contrariamente a lo que se podría suponer, el control parental no tiene un impacto estadísticamente significativo en los riesgos asumidos por los estudiantes ni en su conocimiento sobre las amenazas, como lo demuestran las pruebas U de Mann-Whitney para muestras independientes, mostrando p_values < 0,05. Para profundizar en las relaciones entre variables, se desarrolla un análisis de correlación que pretende averiguar si la nota media del alumnado correlaciona con alguna de las variables que se han recabado y que refieren al uso de las redes sociales. Para ello, se emplea el Coeficiente de Correlación de Spearman ρ (rho), a través de una prueba no paramétrica alternativa al de Pearson, que no requiere normalidad en los datos (véase tabla 3).

Tabla 3: Análisis de correlación de variables no binarias.

 

 

 

Deporte (horas)

Estudio (horas)

Años Móvil

Total Dispositivos

Total

RRSS

Móvil (horas)

Conoce Riesgos

Asume Riesgos

Coeficiente correlación

-,078

-,037

-,294

,046

-,253

-,235

,167

-,053

Sig. (bilateral)

,367

,672

,001

,596

,003

,006

,052

,537

N

136

136

136

136

136

136

136

136

Fuente: elaboración propia

 

 

La tabla de correlaciones muestra que las calificaciones de los estudiantes tienen una correlación negativa o inversa con la cantidad de años que han tenido un teléfono móvil, el número total de redes sociales que utilizan y la cantidad de horas diarias que pasan utilizando un teléfono móvil. En todos estos casos, el coeficiente de Spearman indica una correlación estadísticamente significativa (p_value < 0,05). Teniendo en cuenta la naturaleza de la investigación, el hecho de tomar un alumno o alumna al azar y determinar en función a las variables explicativas si ha suspendido algo o por el contrario ha aprobado todo, introduce inevitablemente un componente binario y probabilístico que puede ser modelado usando RLB. En este caso, la variable dependiente dicotómica sale de dividir la muestra en alumnado que ha suspendido al menos una asignatura y alumnado sin suspensos. La ecuación para el modelo se expresa como:

 

Tabla 4: Clasificación de la RLB.

 

Observado

 

Pronosticado

 

Suspende

Porcentaje correcto

0

1

Paso 1

Suspende

0

99

1

99,0

1

31

5

13,9

 

Porcentaje global

76,5

Paso 2

Suspende

0

99

1

99,0

1

29

7

19,4

 

Porcentaje global

77,9

Paso 3

Suspende

0

95

5

95,0

1

22

14

38,9

Porcentaje global

 

80,1

Una vez ejecutado el software, lo primero que se obtiene son las variables han entrado a formar parte del modelo. Del conjunto de variables, solamente el total de redes sociales (Paso 1), el hecho disponer de tableta (Paso 2) y ser conocedor de los riesgos que comporta Internet (Paso 3), son variables relevantes en la regresión. Posteriormente, se implementa una prueba ómnibus que corresponde a un estadístico de resumen del modelo. Si el p_value obtenido es menor de 0,05, se puede afirmar que el modelo es válido y que las variables independientes ayudan a explicar la variable dicotómica. El p_value obtenido en el último paso es cercano a cero. La bondad del ajuste se mide con la Prueba de Hosmer y Lemeshow. Esta prueba compara las frecuencias predichas por el modelo con las observadas. Un buen ajuste se indica por un p_value alto (superior a 0,05), sin diferencias significativas entre ambas distribuciones. En este caso, el p_value es claramente superior al umbral expuesto. Por último, en la tabla de clasificación, se observa que el modelo predice correctamente más del 80% de los casos. Este porcentaje se logra al calcular el valor previsto por el modelo a partir de las observaciones y compararlo con el valor real (véase tabla 4). Fuente: elaboración propia

4.2.   Impacto multidimensional de las redes sociales en la infancia

En la entrevista, se abordaron varias variables relacionadas con las ventajas y desventajas de las redes sociales en la preadolescencia. La experta destacó la importancia de que las familias y la escuela trabajen juntas para garantizar un uso adecuado de las redes por parte de los preadolescentes. Señaló que la principal desventaja de las redes sociales es su uso abusivo, que a veces reemplaza el contacto social real necesario para relaciones saludables. En cuanto a las pautas para fomentar el uso correcto de estas plataformas, subrayó el papel crucial de la enseñanza y supervisión familiar, enfatizando la necesidad de establecer límites y proporcionar guías en el proceso de aprendizaje. En términos de alumnado vulnerable a problemas con las redes sociales, la orientadora indicó que no existe un perfil único y que la inmadurez cognitiva y emocional puede ser un indicador de riesgo. Resalto la conveniencia de llevar a cabo iniciativas que potenciaran la madurez digital y que dieran la posibilidad a los menores de conocer los factores clave para garantizar una actividad online saludable. Finalmente, la entrevistada mencionó que ha observado un aumento en el uso de las redes sociales tanto en las familias como en el alumnado, lo que ha llevado a problemas como la pérdida de la noción de la realidad, influencias negativas en estilos de vida, dismorfofobia y frustración entre los adolescentes. Concluyó que es fundamental ayudar a los niños a comprender, analizar e interpretar la realidad digital y fomentar un uso responsable y prudente de las redes sociales.

4.3.  Potencial formativo y transformador de las acciones de educomunicación

Posteriormente a la ejecución de la campaña de educomunicación en el alumnado y sus familias, se efectúa una segunda encuesta para comprobar el grado de impacto que han tenido las actividades comunicativas sobre los hábitos de uso y consumo de redes sociales. Se utiliza el Test de Wilcoxon para datos pareados, ideal en ausencia de normalidad. Para la primera variable estudiada, horas en redes sociales, se aprecia una disminución significativa después de la campaña, tanto en niños como en niñas (véase figura 2, izquierda). El p_value obtenido es de 0,000261, por lo tanto, se rechaza la hipótesis nula de igualdad de medias y se concluye que los menores han disminuido significativamente el tiempo empleado en redes sociales después de la campaña. El control parental también se ve modificado como consecuencia de la campaña de forma muy significativa, algo esperable en tanto que las familias han sido objetivos de la campaña (p_value de 0,00099). Con respecto a las variables que se refieren al conocimiento de los riesgos y a la asunción de los mismos, el resultado obtenido sigue la línea de los anteriores (véase figura 2, derecha). Los preadolescentes se autoperciben mucho más conscientse de las amenazas y están menos predispuestos a asumir riesgos (p_value de 1×10-6).

Figura 2: Cambios en las horas de uso diarias y variables relativas a riesgos.

2,6

2,4

2,2

2,0

1,8

1,6

1,4

1,2

5,0

4,5

4,0

3,5

3,0

2,5

2,0

1,5

image

F                                           M

Sexo

F                                                   M

Sexo

HRRSS_antes HRRSS despues

1,0

Fuente: elaboración propia.

ConoceRiesgos_antes

AsumeRiesgos_antes

Conoce Riesgos_despues

AsumeRiesgos despues

 

 

5.  Discusión y conclusiones

En el contexto actual, es innegable que los preadolescentes están inmersos en el universo de las redes sociales, un fenómeno que puede contextualizarse de manera genérica en el marco de la evolución tecnológica de la sociedad (López-Iglesias et al., 2023; Morduchowicz, 2022). Este involucramiento no es superficial, ya que las redes sociales ejercen un impacto profundo y multidimensional a estas edades, manifestándose en aspectos cognitivos, conductuales y emocionales. Como herramientas comunicativas, estas plataformas tienen un influjo muy poderoso en la educación y el aprendizaje de los más jóvenes (Domingues-Montanari, 2017).

Tras haber expuesto los resultados se afirma que en primer lugar, todos los participantes hacen uso de redes sociales, y una proporción considerable emplea tres o más plataformas de manera habitual, en consonancia con lo expuesto por Chugh y Ruhi (2018) o Morduchowicz (2022), entre otros. Atendiendo a las preferencias, destaca el uso de YouTube para el consumo de contenido audiovisual, en línea con Renés-Arellano, Gozálvez-Pérez y BerlangaFernández (2020), y WhatsApp como medio principal de comunicación entre ellos. Es importante mencionar que el promedio de tiempo dedicado al uso de redes sociales supera con creces el tiempo destinado al estudio o la práctica de actividades deportivas, lo que se relaciona con la alta disponibilidad de dispositivos digitales, como smartphones, tabletas u ordenadores entre los participantes. Pese a este uso elevado, el control parental, aunque reconocido como relevante, se percibe como insuficiente y poco efectivo en la supervisión de las actividades en línea.

Además, antes de la campaña educomunicativa de concienciación, los participantes utilizaban las redes sociales exclusivamente con fines de entretenimiento, sin considerar su potencial como herramientas tecnológicas. A pesar de tener una conciencia inicial de los peligros asociados a estas plataformas, seguían asumiendo una serie de riesgos preocupantes. Profundizando en la relación entre el uso de redes sociales y el rendimiento escolar, el análisis revela una correlación negativa entre las calificaciones promedio de los estudiantes y el tiempo diario dedicado a las redes sociales, así como el número total de plataformas utilizadas, lo que subraya la influencia negativa de estas tecnologías en el rendimiento académico. Complementariamente, se implementó un modelo predictivo mediante RLB que sugiere que los preadolescentes que utilizan múltiples redes sociales tienen una mayor probabilidad de suspender una o más asignaturas. Este resultado se ve respaldado por infinidad de investigaciones (Chávez-Moreno et al., 2021; Muñoz-Franco et al., 2023; Paniora-Marroquín et al., 2021). De forma conjunta, los datos obtenidos mediante estos dos procedimientos estadísticos permiten corroborar la primera hipótesis planteada. A su vez, la convergencia de evidencia empírica con otros estudios resalta la necesidad de abordar la relación entre el uso de la tecnología y el rendimiento escolar desde una perspectiva multidisciplinar, que pueda potencialmente implicar agentes externos que permitan obtener una visión de conjunto sobre el objeto de estudio.

Por otra parte, esta investigación también aspira a averiguar el papel que puede jugar la educomunicación como herramienta para la prevención y la concienciación sobre el uso correcto de redes sociales en estas edades. Respecto al segundo objetivo del estudio, se determina que es perfectamente factible y fructífero emplear una campaña comunicativa para concienciar a los preadolescentes sobre un uso razonable y seguro de redes sociales, de manera acorde a lo que plantean Prada-Núñez et al. (2020) o Zachos et al. (2018). La realización de actividades de educomunicación logró modificar la percepción de los participantes en relación con su conocimiento y asunción de riesgos en las redes sociales. Tras la campaña, se observó un aumento en la conciencia de los riesgos y una disminución en la disposición a asumirlos, corroborando así, la segunda hipótesis del estudio. Asimismo, se redujo considerablemente el tiempo dedicado al uso de redes sociales, aunque persiste la incertidumbre sobre si esta disminución se debe a una elección voluntaria de los estudiantes o a una imposición por parte de los padres, ya que, en última instancia, los resultados también reflejan un aumento significativo en el control parental después de las actividades de comunicación.

A pesar de la exploración de variables como el sexo y la edad, no se encontraron diferencias significativas entre niños y niñas de diferentes edades, ni antes ni después de las actividades de comunicación. Este estudio presenta varias limitaciones que deben considerarse al interpretar los resultados. Primero, el diseño metodológico sin un grupo de control limita la capacidad de atribuir los cambios observados directamente a la intervención, ya que otros factores externos podrían haber influido en los resultados. Además, la dependencia de las autopercepciones en los cuestionarios puede introducir un sesgo de deseabilidad social. Otro aspecto es la generalización de los resultados, que puede no ser aplicable a otros contextos o poblaciones, debido a las características específicas de la muestra estudiada, limitada a un entorno escolar concreto. A su vez, el estudio se centra en una ventana temporal relativamente corta, y los efectos a largo plazo de las intervenciones educomunicativas no se abordan.

Teniendo esto en cuenta, se plantean una serie de futuras líneas de investigación. Por ejemplo, el desarrollo de una investigación similar con un diseño que incluya grupos de control para fortalecer la causalidad de los hallazgos. También sería beneficioso expandir la muestra a diferentes contextos geográficos y socioeconómicos para mejorar la generalización de los resultados. Adicionalmente, estudios longitudinales podrían explorar los efectos a largo plazo de las intervenciones educomunicativas en el comportamiento digital de los jóvenes. En general, se destaca que, en la sociedad digitalizada actual, la constante exposición a la tecnología y las redes sociales puede dificultar la transición a través de las etapas cruciales del desarrollo, siendo la preadolescencia un punto de inflexión crítico. Comprender al preadolescente digital es el inicio. Educarlo y acompañarlo en el uso seguro de los servicios y productos digitales, entre los que están las redes sociales, es una nueva necesidad. Familias, escuela y sociedad, han de implicarse para hacer que la educación prepare para la vida y se garantice la seguridad de los menores desde todas las instancias. Continuar con esta línea de investigación será productivo para conseguir entendimiento intergeneracional, generar prácticas que transformen y desarrollar una estrategia colectiva que aborde la superación de los riesgos y amenazas que entrañan las redes sociales.

Apoyos

Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Universidades (España) a través del Programa de Formación del Profesorado Universitario (FPU2019-00526) y por la Universidad de Málaga.

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