La televisión y la política: Francia y España Tomás Pedroso Herrera |
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RESUMEN |
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La televisión se ha convertido en el gran referente social y cultural de las sociedades contemporáneas. Idolatrada y denostada a partes iguales, ocupa gran parte del tiempo de los ciudadanos de las sociedades avanzadas. No hay clase social o cultural que se sustraiga a la seducción de las imágenes y mediatiza la vida de adultos y jóvenes en la misma medida. |
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ABSTRACT | ||||||
The television has turned into the center of the reflections of the contemporary societies due to its presence and power. The political class from different countries has elaborated a series of documents that offer solutions to the problems raised by the use of the television. The Council of Europe in 1986 suggested in the document «The future of public service broadcasting» that the television had to serve for the democratic and cultural development of the Europeans. The French Senate elaborated another document («L'entrée dans the société of l'information») in 1996 in which it was warned that the television did not have to be ruled only by the market and that it had to be controlled for the state. The Spanish government entrusted a report («Informe para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del estado») to several intellectual for the restructuring of the public audio-visual sector. The most important conclusion consists of the fact that the purpose of this sector is the public service that must not be measured up exclusively for the economic profit. |
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DESCRIPTORES/KEYWORDS | ||||||
Televisión publica, consejo de Europa, comité de sabios. |
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La televisión es el medio de comunicación que más fuerza tiene en las sociedades avanzadas. Su poder de seducción es tan fuerte que los sociólogos y comunicólogos ya hablan de un cambio de mentalidad operado en los ciudadanos de todo el mundo. La televisión sirve, según prescriben todos los manuales, para informar, formar y entretener, pero el alcance y el poder del medio van, sin duda alguna, mucho más allá. Por eso, además de interesar a los investigadores, los políticos están muy pendientes de todo lo que acontece con el medio. Los acercamientos han sido muy diferentes y siempre han suscitado gran polémica. Esbocemos los casos francés y español a manera de ejemplos. |
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1. El caso francés | ||||||
A finales de 1996 y a principios de 1997 el Senado francés emite un extenso documento en el que, bajo el título de «L'entrée dans la société de l'information», intenta acercarse al problema que suponen las nuevas tecnologías. El documento es esencialmente teórico y en él se especula con algunos de los términos que aparecen en todas las revistas especializadas en comunicación y también en la prensa generalista. |
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2. El caso español | ||||||
El 23 de abril de 2004 el recién constituido gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero designó el Consejo para la Reforma de los Medios de Comunicación de Titularidad del Estado para estudiar cuáles eran los cambios pertinentes en los medios de comunicación públicos. El «comité de sabios», nombre con el que popularmente se designó al grupo de estudiosos, estaba encabezado por el filósofo Emilio Lledó, quien tenía como misión establecer un diagnóstico mediante la realización de un informe que, según M. Teresa Fernández de la Vega , vicepresidenta del gobierno, será incorporado a un proyecto de ley. La finalidad del proceso es, en palabras de la vicepresidenta, hacer «una televisión independiente y plural». Emilio Lledó manifestó su interés por el proyecto ya que consideraba que la televisión es «algo esencial para la constitución de una democracia crítica, inteligente y creativa». El Consejo de Expertos estaba formado por el propio Lledó, que es su presidente, así como por Enrique Bustamante, Victoria Camps, Fernando González Urbaneja y Fernando Savater. Todos ellos se comprometen a elaborar un informe en un plazo de nueve meses. |
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3. La polémica |
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Desde la constitución misma del «comité de sabios» se originó en la prensa española un tremendo revuelo que tuvo como consecuencia una polémica que se extendió durante meses. El punto culminante del enfrentamiento estuvo protagonizado por J. M. Mainat, director de Gestmusic Endemol, y E. Bustamante, «sabio» y catedrático de comunicación. En la prensa digital se sucedieron los artículos en los que ambos polemistas intercambiaron sus opiniones. La raíz del enfrentamiento estaba en un artículo publicado por el suplemento cultural de La Vanguardia que llevaba por título «Cómo acabar con la dictadura de la audiencia», en el que E. Bustamante aducía que la televisión pública debía «sustituir el índice de audiencia por el termómetro de la satisfacción del usuario». La réplica de J. M. Mainat no se hace esperar y en las páginas digitales de Infotk.blogs le replica que resulta ridículo pretender implantar un termómetro de esas características y que el ciudadano, ejerciendo su libre elección, manifiesta sus preferencias mediante los índices de audiencia. Las palabras de Mainat resultan meridianas: «Pero el señor Bustamante que seguramente imagina a los votantes como un conjunto de ciudadanos conscientes y responsables, cuando escribe sobre televisión, se pone elitista y visualiza a la audiencia como una masa amorfa de seres cretinos y aborregados». E. Bustamante responde desde las mismas páginas acusando a su rival de poseer una «visión neoliberal extremista», confrontada con su postura que pretende aunar de forma «posibilista y realista» la defensa de la especificidad de la cultura, «con su cara vital para la democracia y la identidad de los pueblos y la necesidad, por tanto, del servicio público más allá de la simple lógica de mercado». | ||||||
4. Conclusión | ||||||
La televisión, aunque seguida muy de cerca por Internet, se ha convertido en el gran medio de comunicación contemporáneo. En principio, su omnipresencia y poder interesaron a comunicólogos, sociólogo y a profesionales de la enseñanza, pero desde hace algunos años las instancias políticas se plantean si es necesario intervenir en el desarrollo del medio para potencias sus virtudes y atajar sus posibles defectos. En estas páginas se han recogido tres intentos: 1) El Consejo de Europa ya en 1986 ofreció una serie de consejos sobre las televisiones públicas encaminados a que éstas ayuden a la difusión de valores democráticos y a la difusión de la cultura europea. 2) El senado francés emitió un informe en que avisaba de que el medio televisivo no podía depender en exclusiva del mercado y el gobierno debía obligar a la creación de códigos deontológico y crear organismos de control y supervisión estatales. 3) El «comité de sabios» español propone una televisión pública centrada en la idea de servicio al ciudadano, una televisión de calidad supervisada por el parlamento que no persiga exclusivamente un beneficio mercantil. |
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Tomás Pedroso Herrera es profesor de enseñanza secundaria en el IES Pablo Neruda de Huelva (España) y miembro del Grupo Comunicar (tomaspedroso@hotmail.com). |
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