La televisión como recurso curricular y medio de
María del Pilar Valero Palomo |
||||||
RESUMEN |
||||||
En esta comunicación, se analiza qué utilidad práctica puede tener la televisión en el aula, con respecto a la didáctica de la Historia. Para ello se realiza una valoración de los principales programas televisivos destinados, en un principio, a la divulgación del conocimiento histórico. Esto se lleva a cabo mediante el análisis de algunos de los que se consideran más importantes. En la investigación, se plantea, con una actitud crítica, el modo en el que estos programas abordan el estudio de la Historia. En este trabajo, se analizan, también, los problemas con los que el profesorado se suele encontrar, habitualmente, cuando utiliza la televisión como herramienta educativa. Como es lógico, se hace especial hincapié en la problemática educativa que se deriva del proceso de enseñanza–aprendizaje de la Historia en clase. Otro de los aspectos al que se le dedica particular atención, es a la presentación de algunos de los problemas específicos que tiene la programación educativa sobre la Historia en televisión. Por ejemplo, se hace una reflexión sobre la adecuación o escasa conveniencia de los horarios de muchos de estos programas. Se observan las dificultades con que se encuentra el profesorado a la hora de acceder a determinados contenidos de los mismos. Se trata, en este caso, de los contenidos que puedan tener una especial relevancia para su utilización en el aula, etc. Por otra parte, se plantea cómo utilizar los programas educativos y cuál es la forma de sacarle mayor rendimiento, según la experiencia personal de los autores de esta comunicación en sus centros educativos. También se estudian las posibilidades y potencialidades que ofrece la televisión como medio de comunicación para el aprendizaje histórico. Otro de los objetivos que se intentan cubrir con este estudio, es aportar algunos datos sobre la forma en que se puede despertar el sentido crítico del alumnado con la televisión. Se parte de la base de que la Historia aparece muchas veces tergiversada en función de diferentes intereses. Por ello, los autores presentan algunas reflexiones sobre cómo afecta este hecho al alumnado, consumidor indiscriminado de televisión, y de qué forma se pueden intentar corregir estas conductas. Finalmente, se realiza una valoración sobre las dificultades que se encuentran habitualmente los docentes cuando se pretenden utilizar en el aula programas televisivos con una temática histórica, dado el carácter escasamente pedagógico de muchos de ellos. |
||||||
ABSTRACT | ||||||
The television is a media which can be used in the classroom for the teaching of History. The television news are, in many cases, information for the knowledgement of the pupils. The debates, discussions, chats or interviews with historical contents, can be also very interesting to work with them in class. But the most interesting material to work with are television series and documentaries about history, because they easily arrive to the pupils and they motivate them more. But although its huge possibilities, the television is under-used in the teaching of History in the classrooms. |
||||||
DESCRIPTORES/KEYWORDS | ||||||
Comunicación, televisión, educación, sentido crítico, |
||||||
La televisión es un medio de comunicación que ha adquirido una excepcional relevanciaen las últimas décadas. Nuestros alumnos y alumnas no imaginan la vida sin la tele. Por ello, resulta de un gran interés por las enormes posibilidades que ofrece. Sobre todo, porque puede aportar una perspectiva más amplia al conocimiento del alumnado sobre la Historia. Es necesario partir de la base de que, por regla general, los adolescentes se hayan saciados de ver la televisión y que, por tanto, de lo que se trata es de consumirla de una forma diferente, planteando las posibilidades educativas que ofrece. Resulta evidente pues, lo preciso e indispensable que puede resultar planificar el tiempo y las actividades para el televidente al que estamos formando. La clave se encuentra en seleccionar aquellos programas que puedan ser más interesantes para su formación, y enseñarles a que aprendan a valorar con objetividad las informaciones que puedan recibir a través de la pequeña pantalla. |
||||||
1. La televisión y la enseñanza de la Historia | ||||||
Trabajar con la televisión en el aula ofrece tantas oportunidades como inconvenientes. Los horarios de la programación televisiva no suelen coincidir generalmente con los de nuestras clases, por tanto, hemos de olvidarnos de trabajar directamente con ella en clase. Por otra parte, muchos de los mejores programas se emiten en unos horarios intempestivos. Desgraciadamente, los mejores, suelen salir a antena de madrugada... Es obvio, por tanto, que debemos emplear algún sistema de grabación para poder, luego, llevar ese programa al aula. Cabe la opción de plantear una actividad relacionada con la televisión con mucha antelación. Para ello es necesario analizar previamente la programación y, una vez seleccionado qué es lo que se emite, valorar la idoneidad y oportunidad de los contenidos. A continuación, hay que pedir al alumnado que ese día esté atento a la pantalla y, voluntariamente, desarrolle su capacidad de telespectador. Pero esto no es tampoco demasiado fácil. Además de estos problemas «horarios», hay otros añadidos. Lamentablemente no suelen emitirse muchos programas que tengan la suficiente calidad como para poder utilizarlos en la enseñanza de la Historia. Habría que añadir que, no sólo escasea la calidad, sino también la cantidad. Es poco el tiempo que las cadenas dedican a emitir programación que esté relacionada con cuestiones históricas. Es más, buena parte de estos programas, carecen además de un carácter didáctico que podría acercarlos más a los intereses o a la capacidad de captación del alumnado que los contempla. Otra dificultad, en este sentido, radica en la necesidad de buscar aquellos programas que se adapten a las edades o al nivel del alumnado con el que trabajamos. Las materias, como es sabido, se imparten en determinados cursos y es imprescindible que la información o las imágenes que aparecen, sean las adecuadas al curso al que van destinadas. Es muy frecuente encontrar programas divulgativos que hacen referencia a sucesos de la Historia Contemporánea. Pero su nivel de calidad y de profundidad es muy bajo. Sin embargo, la Historia Contemporánea se trabaja en los últimos cursos, cuando las necesidades y dificultades específicas en cuanto a contenidos, en todos sus aspectos, son notablemente más complejos. Por el contrario, existen magníficos programas sobre la Prehistoria o la Historia Antigua, pero en este caso, a veces, el nivel de los programas emitidos es más que aceptable, notable. Sin embargo, el profesorado sólo puede trabajar estos temas en los primeros cursos de la ESO, cuando el alumnado, debido a las capacidades propias de su nivel, no es capaz de asimilar ni aprovechar, en su justa medida, los contenidos, los términos, las apreciaciones y los enfoques propios de estos programas. Un problema más es el de la oferta televisiva. Los mejores espacios dedicados a la Historia no se emiten en las cadenas que tienen más audiencia. Por el contrario, hay que buscarlos en los canales temáticos de la programación digital vía satélite o por cable. Estos canales temáticos son, sin duda, de una gran ayuda para el profesorado. Pero no está generalizado el acceso a ellos, y esto es aún mucho más complicado entre el alumnado. Los alumnos son consumidores indiscriminados de televisión. Apenas si seleccionan lo que ven, sobre todo, en las primeras edades, entre 12 y 16 años. Menos aún cuanto más jóvenes son. Ello les hace ser espectadores de gran cantidad de los denominados «programas basura», que nada aportan a su formación, debido a la ínfima calidad de estas emisiones, en todos sus aspectos. La labor del profesorado en este sentido, ha de ser la de intentar reconducir el consumo televisivo hacia programas que tengan interés para el alumnado y que le ayuden en su formación. En este caso, en el proceso de aprendizaje de la Historia, un método es elde hacer referencia a noticias o informaciones que aparecen con relativa frecuencia. La clave está en hacerlo relacionándolo con el tema o la Unidad Didáctica que en ese momento se está trabajando en clase. En el caso de la televisión, la información que se ofrece a través de la pantalla reúne dos características. Por un lado la actualidad y la inmediatez de la noticia. Pocos medios pueden presumir de poder hacerle la competencia en este sentido a la televisión. Y ninguno si lo ponemos en relación con la capacidad de audiencia que tiene la pequeña pantalla. Si a esto se une el tratamiento que se le da a la noticia y el interés que pueda tener la misma, nos encontraremos con que la televisión puede llegar a ser un excelente medio a partir del cual trabajar en el aula en clase de Historia. En definitiva, es preciso que tengamos presente, y así se lo transmitamos a nuestros alumnos y alumnas, que nosotros somos los protagonistas de la Historia. Ello implica una reflexión que, una vez asumida por el alumnado, es clave en la clase de Historia: lo que hoy es noticia en un informativo, mañana se habrá convertido en Historia. Por tanto, es necesario lo que se llama «estar al día» con las noticias que aparecen en la televisión. |
||||||
2. La metodología. Televisióny enseñanza- aprendizaje de laHistoria | ||||||
Puede dirigirse, fundamentalmente, haciatres aspectos: - Los informativos y las noticias de interés. Actualidad política, guerras, enfrentamientos, etc., pero también los reportajes temáticos que amplían o se relacionan con noticias de plena actualidad y que, asiduamente,se emitenen los informativos. - Coloquios, debates, entrevistas o tertulias. Quizás poco atractivas para los alumnos y alumnas, su interés depende en buena medida de los participantes en las mismas. Pero tienen un gran valor en tanto en cuanto favorecen el desarrollo de la capacidad crítica de nuestros alumnos y alumnas y el reconocimiento de aquellos personajes capaces de «crear opinión». - Los documentales o series televisivas sobre temas relacionados con la Historia. Probablemente el aspecto más importante de todos cuantos nos ofrece la televisión para la enseñanza y el aprendizaje de la esta materia. |
||||||
2.1. Las noticias de los informativos |
||||||
Una posibilidad que nos ofrece la televisión son los informativos, sobre todo cuando las noticias se refieren a cuestiones de candente actualidad, como son las guerras o los conflictos puntuales. Los tristemente famosos atentados del 11 de septiembre de 2001 pasarán a la Historia de los medios de comunicación como un hito en la información televisiva. Los telespectadores observaron en vivo y en directo todos los trágicos hechos que iban aconteciendo, algo que muy pocas veces había sucedido a lo largo de la Historia de la comunicación. El tremendo impacto producido por este hecho mediático ha transformado, desde entonces, la morfología informativa en el mundo de la televisión. Como apuntábamos al principio, las noticias que pueden resultar de interés para la enseñanza de la Historia no aparecen, casi nunca, y por otra parte, como es lógico, en el momento y de la forma que el profesorado desearía para sus clases. Por el contrario, suelen aparecer sueltas o desperdigadas en el conjunto de la información que ofrecen los noticiarios. Ello implica, también, la dificultad de poder grabarlas y utilizarlas, posteriormente, en el aula. Independientemente de esta dificultad, lo que si puede realizar el profesorado es una labor de dirección hacia la valoración de la importancia que tienen determinadas noticias de las que aparecen en esos informativos. Esto implica un esfuerzo, por parte de los alumnos y alumnas, de normalización de contenidos y conceptos que dará su fruto con la relación entre concepto histórico y realidad cotidiana o cercana Y, sobre todo, se debe enseñar a que dichas noticias no se reciban sin más, sino que se aplique sobre ellas todo el sentido crítico de que sea capaz el alumno o la alumna. Ésta es una de las claves de todo el proceso. La tergiversación o manipulación intencionada de determinadas informaciones es algo relativamente frecuente en algunas cadenas de televisión. La labor del profesorado en este sentido es fundamental. Conseguir que los alumnos y alumnas sepan cuestionarse la información que reciben y sean críticos con ella, es una de las tareas más difíciles, pero a la vez, más gratificantes con las que se pueden encontrar los enseñantes. Las noticias que aparecen en televisión pueden estar referidas a la actualidad inmediata, que es lo más habitual, o bien pueden hacer referencias a acontecimientos del pasado. Efemérides, conmemoraciones, biografías, anécdotas, etc. forman parte de los noticiarios de televisión con relativa frecuencia. No sólo se trata de tener un sentido crítico con la información recibida. Hay algo también muy importante, que no se debe olvidar. Los contenidos de esa información deben estar relacionados con la temática que se está trabajando en ese momento en el aula. Esto es algo que rara vez coincide. A veces se cumplen estas casualidades, pero lo normal es que las noticias surjan en un momento en el cual no están relacionadas con los temas que en ese momento se están exponiendo en clase. Por tanto, es necesario hacer recordatorio de las mismas cuando llegue el momento oportuno. El problema es que ya entonces han podido perder actualidad y por lo tanto no son fáciles de recordar. En cualquier caso, cuando las noticias han estado relacionadas con algo espectacular o impactante, la memoria de las mismas se puede mantener durante mucho tiempo entre el alumnado. A modo de ejemplos de noticias que aparecen con cierta frecuencia en televisión, citaremos las siguientes: las transacciones o los expolios de obras de arte, la aparición de fósiles humanos de la prehistoria, el descubrimiento de restos arqueológicos, etc. Son, pues, noticias que en su mayor parte se refieren al conocimiento histórico de épocas más antiguas. Pero también se ofrecen, quizás aún con mayor frecuencia, comentarios y noticias que están relacionadas con la Historia Contemporánea. Son habituales las alusiones a la Segunda Guerra Mundial, a la Guerra Fría, al Tercer Mundo, a conflictos actuales que arrancan hace varias décadas, como el árabe–israelí, etc. En el caso de España ocurre algo parecido. La mayor parte de las informaciones que se dan al respecto tratan sobre acontecimientos históricos relativamente recientes. Generalmente hacen mención a los hechos ocurridos desde la época de la Segunda República hasta el momento actual. (Guerra Civil, Régimen del General Franco, Constitución de 1978, etc.). Sin duda, los más importantes de todos son las noticias en relación con la actualidad: las guerras (del golfo, de Irak, de Afganistán, de la antigua Yugoslavia, de Chechenia, etc.), los magnicidios o asesinatos de grandes personalidades políticas, los cambios de gobierno, golpes de Estado, revoluciones, las crisis económicas, las catástrofes, el terrorismo, etc., no sólo informan de lo que acontece en el mundo actual, sino que son la clave para entender lo que dentro de pocos años ya se considerará Historia. Además de las noticias de los informativos, es también necesario mencionar los reportajes con contenido histórico que esporádicamente se emiten. Por lo general suelen coincidir con alguna efeméride o conmemoración, aunque no necesariamente siempre esto es así. Lo habitual es que cuando un acontecimiento importante cumpla uno o varios siglos de antigüedad, se haga un recordatorio del mismo. Pero tampoco tiene porque haber tanta distancia cronológica para que esto tenga lugar. Recientemente, también se está dando cada vez más relevancia a aquellos acontecimientos de los cuales se cumplen sólo algunas décadas desde que tuvieron lugar. Esto suele suceder, sobre todo, cuando la actualidad es parca en noticias o en acontecimientos impactantes. Entre otros ejemplos se pueden citar, como los más significativos: el bicentenario de la Revolución Francesa (1989), el quinto centenario del descubrimiento de América (1992), el centenario de la guerra de Cuba (1998), el quinto centenario del nacimiento de Carlos V (2000) o el sesenta aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial (2005). En este sentido, cabe esperar que a corto plazo siga esta actitud y que de esa forma se hagan también reportajes sobre los treinta años del final de la dictadura de Franco y la subida de Juan Carlos I al trono, los veinte años del ingreso de España en la Unión Europea (2006) o el medio siglo transcurrido desde la fundación del primitivo Mercado Común (2007), por poner algunos ejemplos que tengan inmediatez en el tiempo. Como en el caso de las noticias, lo ideal en este caso es guardar la información en algún tipo de reproductor que nos permita, posteriormente, trabajar con ella en el aula. La gran ventaja de estos reportajes es que condensan en un tiempo relativamente breve y muy adecuado a la dinámica de la clase, una gran cantidad de información, no sólo de contenidos, sino también audiovisual, con lo que suele resultar mucho más atractiva para el alumnado. |
||||||
2.2. Debates, coloquios, entrevistas, tertulias |
||||||
Del abundante (y por lo general poco recomendable) material que las televisiones emiten, escogeremos solo aquello que sea verdaderamente valioso y motivador para los intereses de nuestros alumnos y alumnas. Por ejemplo, las entrevistas a personajes de la actualidad política, económica o cultural, que puedan servir para coordinar un debate con nuestros estudiantes. La pega o el problema de las entrevistas es que, en determinados casos, cuando no en muchos, pueden resultar aburridas o difíciles de digerir para los jóvenes. Se hace imprescindible pues, la necesidad de aclarar, explicar o encuadrar tanto el marco de la conversación que ha tenido lugar, como la importancia o biografía de la persona entrevistada, siempre teniendo en cuenta que ha de servir a los intereses de nuestra asignatura. A priori, este tipo de programas debería ser una de las mejores opciones que la televisión podría ofrecer al profesorado para la enseñanza de la Historia. Sin embargo, lamentablemente, raras veces la información o los datos que se ofrecen en ellos pueden servir para ampliar o mejorar el conocimiento del alumnado sobre esta materia. Ello ocurre por diversos motivos, no sólo porque la temática histórica no sea algo fundamental en la mayoría de los casos, sino porque también resultan bastantes aburridas y poco atractivas para jóvenes menores de 18 años. Otro de los motivos es que los personajes que suelen participar en ellas no tienen, por lo general, una gran formación de tipo histórico, no suelen ser amenos en las exposiciones, y se confunde la agresividad o los malos modos con lo que debería ser el interés primordial de la cuestión: el aportar al espectador otros puntos de vista y otras opiniones sobre un tema determinado. Sin embargo, y sólo de vez en cuando, encontramos verdaderas joyas, sobre todo en el formato entrevista. Nos referimos a las realizadas a personajes muy conocidos y admirados por nuestros alumnos que, además, ofrecen su faceta más desconocida. Esta es la que se suele corresponder con nuestros intereses. Nos referimos a personajes tan cercanos al alumnadocomo, por ejemplo, la famosa cantante Alaska, que, acaba de terminar su licenciatura en Historia. La temática suele ser bastante dispar, aunque en algunos casos se tratan temas de actualidad histórica que podrían ser interesantes para su análisis en el aula. Sin embargo, habría que acabar esta valoración inicial concluyendo que, por lo general, no suelen ser programas que sean muy buenos como recurso didáctico, aunque si que poseen unas grandes potencialidades para llegar a serlo si el formato ofrecido fuera distinto. No obstante, los debates podrían resultar mucho más amenos e interesantes si, quienes participaran en ellos, fueran personas con una buena formación en la Historia y si los temas que se escogen fueran atractivos para el gran público. Esto es algo que, por desgracia, casi nunca sucede. Se podría citar una excepción a lo mencionado anteriormente. Hace ya bastantes años hubo un espacio en televisión que reunió la calidad suficiente como para hacerlo merecedor de los elogios. Fue el programa llamado «La clave». En él, se aprovechaba una película con un contenido de calidad y referida a un tema determinado sobre el cual, al acabar la proyección, se discutía y se debatía. El acierto del programa no sólo consistía en su formato: Película de interés y debate posterior sobre la misma o sobre el tema que tocaba, sino que sobre todo residía en la calidad que por lo general tenían las personas que a dicho debate concurrían. Esto es algo que en la televisión actual parece estar en crisis. Con este tipo de debates los alumnos y alumnas se pueden sentir más identificados con un determinado tema, si bien es verdad que no es precisamente una actividad particularmente atractiva el estar escuchando a otras personas a través del televisor, cuando ya de por si es difícil escuchar durante seis horas seguidas dentro del aula. Por eso, como en casos anteriores, se recomienda que, en caso de llevarse esta actividad a la práctica, se seleccionen sólo determinadas partes del coloquio que sirvan al alumnado para hacerse una idea de por dónde se debe discutir u opinar sobre un tema concreto de contenido histórico. Esto, además, puede servir también para proponer debates en el aula entre el propio alumnado. De alguna manera, la visualización de uno de estos programas, podría aportar pautas de comportamiento o un método de realizar un coloquio o una discusión constructiva entre ellos mismos, algo que no resulta nada fácil en determinados casos. Partiendo de este ejemplo, se pueden proponer actividades parecidas. Es el caso de determinados temas como el descubrimiento de América y sus consecuencias, el marxismo y el anarquismo, la Segunda República y la Guerra Civil, la dictadura del General Franco, etc. El método de trabajo más recomendado es el de constituir dos grupos de alumnos. Previamente estos han debido elaborar sus propios contenidos sobre el tema a debatir. Y, de forma previamente concertada, deberán tomar posturas contrapuestas y asumir la defensa de cada una de ellas. Esta es una forma de debate que suele ser muy interesante, y que permite que el propio alumno o alumna, no sólo se posicione ideológicamente sobre una cuestión de contenido histórico, sino que también aprenda a dialogar, a debatir y a discutir, desarrollando destrezas y habilidades en el discurso público. La concesión del turno de palabras, el respeto por los interlocutores, las argumentaciones sólidas y con una base científica, son consignas que ilustran lo interesante de esta propuesta. Con ella además, se pretende que el alumno o alumna se integre en su clase de una forma activa y dinámica y participe con el resto de sus compañeros y compañeras en el aprendizaje de la Historia. |
||||||
2.3. Los documentales con contenidos de carácter histórico |
||||||
En este sentido, la televisión también ofrece magníficas posibilidades, aunque desgraciadamente suele suceder que buena parte de los mejores documentales se emiten en bandas horarias de mínima audiencia. De esta forma, se hace imprescindible su grabación en formato vídeo o en cualquier otro formato,para su posterior visualización. Documentales se emiten en una elevada cantidad y muchos de ellos tienen una calidad altísima. Podríamos citar, como ejemplo, buena parte de los que realiza el National Geographic o, si nos referimos a los canales temáticos de la televisión por satélite, podríamos señalar también los que emite el canal de la Historia, en el que se realizan extraordinarias obras de reconstrucción y explicación histórica. Los documentales televisivos de contenido histórico son, sin la menor duda, uno de los mejores y más adecuados recursos que se pueden obtener de la televisión para trabajar temas relacionados con la didáctica de la Historia en el aula. En muchos casos, la amenidad, el interés y el atractivo que poseen, permiten que consigan conectar fácilmente con el alumnado. No obstante, no es fácil encontrar buenos documentales en televisión que aúnen el rigor histórico, la calidad científica, la amenidad e interés de los contenidos y la utilización acertada de buenos medios técnicos (efectos especiales, infografía para la cartografía, imágenes animadas, escenas con diálogos atractivos y con frecuentes imágenes en movimiento, etc.). Muchos de estos documentales, sobre todo las que no poseen el formato denominado telefilm, adolecen de un excesivo estatismo: imágenes fijas de grabados, relieves, pinturas, monumentos, etc. En ellos, se suele acompañar a estas imágenes «fijas» con los comentarios añadidos de un narrador o narradora. Todo esto hace que muchos de estos documentales aparezcan como algo aburrido o monótono y excesivamente lento en la exposición de los acontecimientos y de los hechos históricos. Ello es debido a que resulta muy costoso producir escenas que recreen la realidad histórica con personajes representados por actores reales. Ciertos acontecimientos, además, necesitan escenarios muy complejos o, que al haber sido transformados profundamente por el paso del tiempo, o incluso haber desaparecido, necesitan una enorme inversión para los productores de dichas secuencias. Ello lleva a su sustitución por imágenes o por escenas mucho menos elaboradas, más baratas y, por tanto, mucho menos interesantes también para quienes las contemplan. Este es uno de los motivos principales por el que los documentales pierden buena parte de su atractivo y no cumplan eficazmente la tarea que al profesorado más le interesa: recrear la realidad histórica de la forma más fiable posible y que a la vez resulte lo más atractiva para el alumnado. Es decir, la manera más interesante de ofrecer imágenes que favorezcan el conocimiento de los conceptos y los hechos históricos. Se podrían citar numerosos ejemplos sobre estas cuestiones. Sólo en épocas más recientes a nuestro tiempo, en las cuales ya existían cámaras que recogían fielmente la realidad de los sucesos (lo que ha ocurrido de forma más o menos generalizada desde los reportajes de la Segunda Guerra Mundial), se han podido conservar imágenes en movimiento que puedan insertarse en los documentales y que, de esta forma, lo hacen mucho más atractivo al visionarlo. En algunos casos, como en la reciente emisión de una serie titulada «Historia de España», o como en algunas que se hicieron hace algunos años sobre la Revolución Francesa, se ha tratado de escenificar en ellas la Historia utilizando personajes reales en escenarios simulados o, preferentemente, en aquellos lugares en los que acontecieron los hechos y que todavía no han sido excesivamente transformados por el paso del tiempo. Esto resulta mucho más atractivo para el trabajo con los documentales en el aula. Pero aún así, el carácter pedagógico brilla muchas veces por su ausencia. Las reconstrucciones históricas pretenden en algunos casos ser tan excesivamente fieles a la realidad, que se pierde la posibilidad de hacerlas más atractivas al alumnado. Para esto sería necesario aportarles una serie de recursos, aunque esto tuviera que implicar, a veces, una pequeña reducción del rigor histórico (reduciendo diálogos, introduciendo la dramatización,aumentando la acción, etc.) en beneficio del sentido didáctico y pedagógico de las mismas. Parece evidente que en este sentido, la televisión tiene aún mucho más que ofrecer como recurso didáctico en la Historia. Pero, el relativamente escaso interés que muestra la mayor parte de la audiencia por estos temas, la necesidad de presupuestos muy elevados para hacer recreaciones históricas que consigan despertar el interés de los más jóvenes, o quizás la falta de guionistas, directores o asesores técnicos, científicos o pedagógicos que sean capaces de conectar con las inquietudes o intereses de estos, sea la causa de la problemática antes aludida. Quizás la excepción sea la de los documentales referidos al mundo antiguo y, más concretamente, al Egipto de los Faraones. Este tema está atravesando por una etapa de gran éxito en los últimos años, como si de una moda se tratase. Pero lo cierto es que, independientemente del interés que tiene el tema, lo más importante es el tratamiento, altamente divulgativo y pedagógico, al que se está recurriendo, llevado a cabo por numerosas productoras dedicadas a los documentales históricos. |
||||||
2.4. Las series de televisión con contenidos históricos |
||||||
Otra opción que ofrece la televisión es la de la emisión de determinadas series cuyo contenido se basa, específicamente, en temas históricos. Son, con diferencia, el tipo de programa que más y mejor se puede utilizar en la clase de Historia. Probablemente, una de las que más éxito ha obtenido es «Yo Claudio», en la que se narra magistralmente, la vida de los césares durante el imperio romano. Pero también hay otras muchas que han tenido un considerable éxito de público y que, además, se pueden utilizar perfectamente en el aula. El ejemplo clásico es el de la serie titulada «Érase una vez el hombre». Su formato de dibujos animados destinado a los más pequeños (y no tan pequeños) fue todo un éxito y es uno de los mayores logros de la aplicación de la Historia en la televisión, destinada a alumnos de Primaria o de los primeros años de Secundaria. Desgraciadamente, no ha dado lugar a otras series con las mismas características y la misma finalidad y, sin embargo, este sería un producto muy interesante si se plantease a niveles más superiores, aunque, lógicamente, con unos contenidos distintos. Se han realizado algunas series más, destinadas principalmente al público infantil. Por lo general, suelen ser bastante aprovechables por sus contenidos didácticos, aunque no por los científicos. Citaremos entre ellas a: «Los Picapiedras», que como su título índica sitúa la acción en plena Edad de Piedra, pero realmente esuna transposición crítica, en clave humorística, de la sociedad actual. «Astérix el Galo», que vive sus aventuras contra los ejércitos de Julio César en la antigua Galia hacia el año 50 antes de Cristo; «Wickie el Vikingo», cuya acción se sitúa hace unos mil años, con un planteamiento bastante falso de lo que era la realidad de los Vikingos de aquella época; «Ruy, el pequeño Cid», cronológicamente situada un siglo después de la anterior, en ella se narran las peripecias de Rodrigo Díaz de Vivar en su infancia; «Los mosqueperros» en la corte de Luis XIV de Francia hacía 1.700 o «Lucky Luke», magistral recreación, en clave de humor, de la conquista del Oeste americano. Dejando a un lado las obras destinadas a un público infantil o en la primera adolescencia, cabe hablar de otras con un nivel más avanzado, aunque entre ellas las hay de muy diversos tipos. En todos los casos es imprescindible seleccionar capítulos o escenas. Nunca es aconsejable el visionado sin más de la serie completa, salvo que se desee dedicar un tiempo claramente excesivo a esta labor. Muchas de ellas son adaptaciones de obras literarias, pero entre las que a continuación vamos a citar, han sido escogidas sólo las que poseen un interés desde un punto de vista para trabajar la Historia en el aula. Hemos realizado una selección numerosa agrupada por etapas históricas para facilitar la labor a quien desee trabajar algunas vez con ellas en su clase. Pero también es preciso que reconozcamos que, no en todos los casos, la calidad es la misma. Por el contrario, existen series excelentes y otras que dejan bastante que desear.Sihemos elegido estas últimas se ha debido a que tratan sobre una época de la cual hay poca oferta donde elegir. También se ha intentado dedicar especial atención a las series hechas en España o que al menos tocan aspectos de la Historia de nuestro país. No hemos podido evitar en esta lista la inclusión de bastantes series que hacen referencia a biografías de personajes. Somos conscientes de que las biografías son, por regla general, muy tediosas para los alumnos, pero algunas de las citadas aparecen en este listado porque tienen una gran calidad, y en otros casos porque el personaje que tratan tiene una gran importancia histórica. Como se observará hay etapas históricas que han sido ampliamente tratadas, como la época Contemporánea, y más concretamente el siglo XX, mientras que otras etapas prácticamente no han sido tocadas por las series televisivas. Es lo que ocurre con la Historia Medieval y Antigua, y no digamos ya con la Prehistoria. En general, hay que reconocer con cierta tristeza, que algunas de las más atractivas para el alumnado, son precisamente las que menos contenidos históricos tienen en su desarrollo. Un género que ha sido muy poco tratado, pero que probablemente alcanzaría un gran éxito si se consiguiera dar con la fórmula adecuada, es el que podríamos denominar la «historia ficción». Series como aquella americana de los años sesenta titulada «El túnel del tiempo», resultarían seguramente muy interesantes para el alumnado, si se diese con la clave intermedia entre la realidad histórica y la ficción que se obliga a vivir a los personajes que la interpretan y que viven las situaciones. Por último es necesario reconocer que algunas de las que se van a citar a continuación son ya bastante antiguas y que, por lo tanto, son difíciles de conseguir en el mercado. Aunque la oferta que existe en al actualidad a través de Internet puede simplificar un poco este problema. Siguiendo por tanto un orden cronológico en la exposición, vamos a dar un repaso a aquellas series que hemos seleccionado para el presente trabajo. 2.4.1. Historia Antigua: No son muchas las series históricas que traten sobre esta época que se hayan emitido por la pantalla. Pueden destacarse tres de ellas con un nivel muy distinto. La ya mencionada «Yo Claudio», quizás la mejor de todas las series con contenidos históricos que se han emitido por televisión. Recrea la novela de Robert Greaves relativa a la vida de este emperador romano del siglo primero de nuestra era. «Cleopatra», la vida de la reina de Egipto unsiglo antes de Cristo. No era una de las mejores obras y tampoco es comparable a la película. «Massada» una excelente serie que trataba la guerra entre judíos y romanos también en el siglo I después de Cristo. Lástima que sea muy difícil conseguirla, ya que se emitió hace bastantes años. 2.4.2. Historia Medieval: Ocurre algo parecido al caso anterior, hay bastantes pocas series televisivas que hagan referencia a este período. Hace unos años se emitieron dos realizadas en España sobre figuras de nuestra Historia, una sobre Abderrahman III, en la Córdoba califal del siglo X y otra sobre la controvertida figura del rey castellano Pedro el Cruel, que vivió cuatro siglos después. Eran buenas series, pero no calaron hondo en el gran público y por tanto, no son de las más aconsejables para tratar con ellas en el aula. Hace ya varias décadas se emitió una serie que se titulaba «historias del año 1000». No tenía una gran calidad, ni fiabilidad histórica, pero sin embargo, trataba todos los tópicos de la Historia Medieval en clave de humor y quizás fuera aprovechable para el alumnado de segundo curso de la E.S.O. 2.4.3. Historia Moderna: Tampoco hay mucho donde elegir para esta etapa, si bien las posibilidades se van ampliando. Prácticamente todas las series interesantes de este período tratan las biografías de diferentes personajes importantes desde un punto de vista histórico. Es lo que ocurre con el caso del descubridor de América, Cristóbal Colón. O con el genio por excelencia del Renacimiento, Leonardo da Vinci, en una serie de gran calidad que se emitió hace ya bastantes años. Dos figuras importantes en la Historia de España tuvieron también su serie dedicada a ellos. Nos referimos a Teresa de Jesús, una muy buena recreación de la vida de la Santa de Ávila y, como no, de Miguel de Cervantes, quizás no tan afortunada como la anterior. Puede citarse también en este caso, la adaptación a la pequeña pantalla de dos de los grandes monumentos de la literatura española: El lazarillo de Tormes, del siglo XVI y Don Quijote, a principios del siguiente siglo. 2.4.4. Series históricas que hacen referencia al siglo XVIII: Tampoco son especialmente abundantes y tratan además, sólo episodios que tuvieron lugar durante la ultima época del siglo. Se han hecho varias sobre la guerra de Independencia americana, «Revolución» es quizás la más conocida, pero resulta un tema bastante repetitivo en la pantalla. Otra se ha emitido recientemente sobre una de las mujeres más importantes de la Historia, la zarina Catalina II de Rusia. Se trata de una buena serie, aunque quizás algo tediosa para el alumnado. Una de las mejores que se ha hecho para la televisión ha sido la titulada «Raíces», sobre el tráfico de esclavos negros de África a América. Es sin duda, otra de las que más interés podría suscitar caso de que se quiera utilizar para ponerla en clase. Finalmente citaremos para este siglo una referida a España, la que se dedicó a Manuel de Godoy, que no es, por desgracia, una de las mejores que se han emitido sobre este período. 2.4.5. Siglo XIX. Conforme nos acercamos al momento actual, el número de series que se han emitido se va ampliando considerablemente. Curiosamente, para esta centuria, la mayor parte de las series televisivas, o hacen referencia a las primeras décadas del siglo o bien tratan aspectos de las postrimerías del mismo. En el primero de los dos, la abundancia de series dedicadas a este momento histórico, se explica porque corresponde al período de la etapa napoleónica y las continuas guerras que asolaron a Europa en las dos primeras décadas de ese siglo. «Napoleón», «Guerra y paz» o incluso la española «Curro Jiménez», hacen referencia a esa ápoca. Sin duda la mejor es la segunda, aunque no es tampoco de las más recomendables para el alumnado. La obra de Tolstoi es de una densidad que quizás no resulte demasiado atractiva para trabajar con ella en el aula a estos niveles. En el caso español existe una muy buena obra sobre la figura del pintor Goya. Es una obra interesante de la que pueden extraerse determinadas secuencias para su visionado en el aula. Sobre la etapa de mediados del XIX se hicieron dos series bastante buenas: «Los miserables» y «El Conde de Montecristi», aunque su nivel didáctico no es el más deseable. La segunda etapa bien representada es la de finales de la centuria. Tres realizaciones, todas ellas españolas, tratan la época de la Restauración: «Fortunata y Jacinta», «Cañas y barro» y una buena recreación sobre la burguesía catalana y el inicio de la industrialización en esa región: «La saga de los Ríus». Sobre todo esta última, tiene muy buenas secuencias que pueden resultar interesante para ver en la asignatura de Historia de España Contemporánea. 2.4.6. Siglo XX: Es sin duda la etapa mejor tratada de todas, como por otra parte es lógico. Los dos momentos mejor representados del siglo son sus comienzos, es decir la época que coincide con la Primera Guerra Mundial, y mediados de siglo, coincidente con el segundo gran conflicto bélico de esta centuria. De la primera etapa podemos seleccionar algunas como biografías de personajes destacados. «El joven Winston», sobre la vida de Churchill en su juventud, o desde una perspectiva de ficción, «El joven Indiana Jones», cuyas aventuras atraerán sin duda mucho más a nuestros alumnos que la mayor parte de las que hemos citado o vamos a citar. También hacen referencia a este momento otras como «Arriba y abajo» ubicada en Inglaterra durante los primeros decenios del siglo. Ramón y Cajal, una buena biografía del premio Nobel español y «La forja de un rebelde», adaptación de la excelente novela de Arturo Barea que refleja como pocas obras la España del primer tercio de siglo. Otra biografía interesante es la de Severo Ochoa, que también se sitúa aproximadamente en esta misma época. Este momento histórico corresponde también a otra biografía más, en este caso sobre la vida de Benito Mussolini, que sin embargo no es de las más interesantes para trabajar con ella en el aula. Mucho más lo sería la de «Elliot Ness y los intocables», porque une a su acción el hecho de que tiene lugar durante la época de la depresión económica de los años treinta. Su antigüedad, sin embargo, impide que sea fácil de encontrar. La Segunda Guerra Mundial ha sido tocada en numerosas ocasiones por la televisión. El Holocausto judío ha sido magistralmente retratado en la serie que lleva ese mismo título. También «El diario de Ana Frank» hace referencia a este tema, bastante usual por otra parte por la gran cantidad de producciones que se han hecho al respecto. Sobre la guerra en si puede citarse «Hermanos de Sangre», aunque, repetimos, son muchas las series que versan sobre la Segunda Guerra Mundial. De época más reciente se pueden citar MASH, sobre la guerra de Corea en clave de humor y una que ha tenido un gran éxito de audiencia «Cuéntame», que puede resultar muy eficaz para que el alumnado se haga una idea de la vida de una familia de tipo medio durante la última época de la dictadura franquista. |
||||||
3. Conclusiones |
||||||
La utilización de la televisión, como herramienta didáctica en la enseñanza de la Historia, ofrece enormes posibilidades, pero lamentablemente, la actual programación televisiva, en casi todas las cadenas, no es la más adecuada en este sentido. Con un tipo de programación o de espacios que considerasen entre uno de sus objetivos el didáctico o meramente divulgativo, la televisión cubriría un vacío infinito, en lo que se refiere a la utilización de los medios de comunicación en el aula y a las posibilidades didácticas que este hecho podría generar. De esta forma, contribuiría considerablemente al proceso de enseñanza y de aprendizaje de la ciencia histórica, siendo un recurso favorable más, a disposición de los alumnos y alumnas y del profesorado. Finalmente, es preciso concluir aludiendo a una puntualización imprescindible: lanecesidad de dotar a los centros educativos de material televisivo y de la capacidad de poder obtener los materiales generados por los medios televisivos. |
||||||
Referencias |
||||||
AGUADED, J.I. (1999a): Educación para la competencia televisiva. Fundamentación, diseño y evolución de un programa didáctico para la formación del telespectador crítico y activo en Educación Secundaria. Universidad de Huelva, Tesis doctoral en edición electrónica. |
||||||
____________________________________________________________________________ |
||||||
Mª del Pilar Valero es profesora en el IES Federico García Lorca de Puebla de Cazalla (Sevilla-España) (954254159@telefonica.net) y Ángel Luis Vera es profesor en el IES Quinto Centenario de Sevilla (España) (alvera@arrakis.es). |
||||||