Telepuebla y Ebarrios televisión: dos experiencias
de comunicación audiovisual

Telepuebla and Ebarrios TV, two experiences of audiovisual communication

 

Joaquín Conde García
Córdoba (España)

     
             
             
     

RESUMEN

     
     

¿Enseñamos lo que sabemos, o lo que realmente necesitan nuestros alumnos? En la Sociedad de la Información, muchos maestros continuamos enseñando a leer a alumnos que en gran medida no leerán en su etapa adulta; estos alumnos dedican unas mil horas anuales a la televisión, más tiempo del que están en clase. Como el analfabetismo audiovisual puede dejarles en una situación de indefensión ante los mensajes televisivos, la escuela debe adaptarse a la nueva realidad y comprometerse en su alfabetización, enseñándoles a descodificar, a criticar y a producir mensajes audiovisuales. Este trabajo analiza dos experiencias escolares de comunicación audiovisual: Telepuebla y Ebarrios TV.

Telepuebla, un proyecto de innovación educativa aprobado por la Junta de Andalucía, se llevó a cabo en el Colegio Público de La Puebla de los Infantes (Sevilla). Fue una televisión escolar que funcionó durante cuatro años, llegando a implicar a todo el pueblo. Empezó con un programa de lectura de imagen que evolucionó hacia la elaboración de imágenes fijas (diapositivas, laboratorio de blanco y negro) y culminó con la producción de vídeos, que se emitían una vez en semana gracias a una pequeña emisora. Los alumnos escribieron los guiones e hicieron todos los trabajos de producción. Se utilizaron equipos domésticos muy rudimentarios. El resultado fueron más de 40 programas, de alrededor de una hora de duración, en los que se alternaban informativos, concursos, debates, reportajes sobre el pueblo y actividades escolares y extraescolares. La falta de ayudas y la miopía de las autoridades educativas hicieron que una iniciativa de estas características no tuviera continuidad.

Ebarrios TV. es un nuevo proyecto de innovación que se desarrolla actualmente en el Colegio Público Enríquez Barrios de Córdoba. Los alumnos del tercer ciclo de Primaria (10-12 años) dedican dos o tres horas semanales, dentro del periodo lectivo, al análisis crítico de anuncios y programas elegidos por ellos. En pequeños grupos, que después ponen en común sus observaciones, valoran la estructura formal y lo que les sugieren las secuencias visionadas. Otra actividad es la creación cooperativa de clips, con todos sus pasos: debate sobre el tema que se va a tratar, redacción de los guiones técnico y literario, construcción de decorados, iluminación, ambientación, ensayo, grabación y edición. Las realizaciones se verán y comentarán en el colegio, se distribuirán en DVD y se colgarán (comprimidas) en la página web del colegio.

     
      ABSTRACT      
     

Do we teach just what we know, or what our students really need? They spend about a thousand hours per year watching TV, and that is much more time they employ in attending school. To cope with this situation an audiovisual literacy programme should be elaborated by teachers themselves from the schools. This paper deals with two real experiences: Telepuebla, a TV station which was on the air for four years, involving the citizens of a whole village, and Ebarrios TV, an education project designed to teach the media languages, criticize and produce audiovisual messages.

     
      DESCRIPTORES/KEYWORDS      
     

Televisión escolar, alfabetización, lenguaje de los medios, comunicación audiovisual.
School television, audiovisual literacy, media languages, audiovisual communication.

     
     

¿Enseñamos lo que sabemos, o lo que realmente necesitan nuestros alumnos? En la Sociedad de la Información, muchos maestros continuamos enseñando a leer a alumnos que en gran medida no leerán en su etapa adulta; por el contrario estos alumnos dedican unas mil horas anuales a la televisión, más tiempo del que están en clase. En los países industrializados, ver la televisión es la tercera actividad en relación con el tiempo dedicado por los ciudadanos adultos; las dos primeras son el trabajo y el sueño (Ferrés, 1994). Cualquiera puede acercarse al medio sin una formación específica. Este analfabetismo audiovisual deja al telespectador en una precaria situación de indefensión ante los mensajes televisivos (Ferrés, 1996). La escuela debe adaptarse a la nueva realidad y comprometerse con la alfabetización audiovisual. Debemos desarrollar actividades que enseñen a nuestros alumnos a descodificar, criticar y producir mensajes audiovisuales, teniendo muy en cuenta que los receptores se tornan más autónomos en la medida en que ellos mismos ejercen y practican el acto emisor (Kaplún, 1998). Este trabajo analiza dos experiencias escolares de comunicación audiovisual: Telepuebla y Ebarrios TV (ver Foto 1).

Telepuebla fue un proyecto de innovación educativa, aprobado y subvencionado parcialmente por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, que se realizó en el Colegio Público de La Puebla de los Infantes (Sevilla) entre 1990 y 1994. Fue una televisión escolar que rebasó el ámbito docente llegando a implicar a todo un pueblo. La experiencia comenzó dos años antes con un programa de lectura de imagen que fue evolucionando hacia la elaboración de imágenes fijas (diapositivas, laboratorio de blanco y negro) y culminó con la producción de vídeos, que se difundían una vez en semana gracias a una pequeña emisora. Fueron unos años agotadores, había que sustraer tiempo a los temarios oficiales y aún así, el trabajo se prolongaba por las tardes, fines de semana y vacaciones. Los alumnos de 12 a 14 años, en un principio indiferentes, se fueron enganchando a la nueva metodología.

Dedicamos poco tiempo a la lectura de imagen. Acababa de conocer la fotografía estenopeica de la mano de Alejandro Sosa, y pasamos rápidamente a la acción; con latas, pintura negra y un pequeño taladro, hicimos varias decenas de cámaras, y en un cuarto de duchas oscurecido improvisamos un laboratorio. Eso de hacer cientos de fotos sin cámara y sin carrete fue sólo el principio. Siguió el laboratorio de blanco y negro, con fotos de grupos o de lo que se les ocurría y el tirar, revelar en clase y proyectar diapositivas 1 (ver Foto 2).

En enero de 1990 realizamos nuestra primera producción en vídeo: Teleoctavo. La grabación se realizó a lo largo de un sábado en el aula de tecnología, que habíamos preparado como estudio. Un par de reportajes, una entrevista al director, anuncios humorísticos y un espacio de cocina configuraron este primer programa. Las dificultades técnicas parecían insalvables. Hubo un segundo intento a finales de febrero y el resultado tuvo menos errores. Muchos alumnos hicieron copias del vídeo para verlas en casa; una de esas cintas, sin proponérnoslo, estuvo varios días pasando a todas horas por un vídeo comunitario que había en el pueblo, causando un gran impacto. Estaban naciendo las televisiones privadas en España, y pensé que no sería demasiado difícil salir al aire 2.

El proyecto Telepuebla fue aprobado en la siguiente convocatoria, pero con una dotación económica muy ajustada. Sólo pudimos comprar una cámara VHS, dos vídeos, algunas cintas y la emisora 3. Comenzamos por preparar el aula, insonorizándola con cartones de huevos, colocando focos y decorados, a la vez que aprendíamos el manejo de los aparatos. Los alumnos inventaban los programas, escribían los guiones y se encargaban de todos los detalles de la producción. Las grabaciones se hacían en el colegio, y también salíamos por las tardes, fuera de horario, a hacer reportajes en el exterior. Tuvimos muchos problemas para editar; sin medios adecuados era un trabajo áspero y terminé por hacerlo en mi casa, con más recursos, aunque a costa de dormir menos (ver foto 3).

En el primer curso se produjeron y emitieron diez programas, de alrededor de una hora de duración, con un contenido muy diverso: reportajes del entorno y de la vida escolar, debates, entrevistas, dramatizaciones, concursos, encuestas en la calle, etc. La participación del resto de niños del colegio fue creciendo semana a semana, aunque pocos profesores se sumaron a la experiencia. Hicimos varios estudios de audiencia, la señal era recibida bien en un 50% de las casas, con interferencias en un 25%, y no se recibía en el otro 25%. Los primeros programas fueron vistos por un 80% de la población; por edades, nos veían casi todos los niños y jóvenes, pero pocos ancianos. Este primer curso estuvo lleno de dificultades, pero en conjunto fue muy satisfactorio. Los niños de este pueblo serrano de menos de 3000 habitantes vivieron una experiencia inolvidable, que reforzó entre otras cosas su expresión oral, su autoestima, su capacidad de trabajar en equipo y su identidad cultural.

En el siguiente curso, 1991-92, crecimos en infraestructura. Una emisora más potente proporcionada por el ayuntamiento, cámaras y equipos de iluminación por la Consejería de Educación, además de una subvención más generosa que nos permitió comprar, por fin, una mesa de mezcla de video. Se produjeron con mayor calidad otros diez programas, que de marzo a mayo, los jueves a las siete y media de la tarde, dejaban desiertas las calles del pueblo (ver Foto 4).

En el curso 1992-93 fui tutor de 3º de Primaria, y la producción de este año se centró en las actividades y los intereses de 3º, 4º y 5º. Se emitieron siete programas, aunque con otro estilo. Aumentó sensiblemente la colaboración de los profesores del ciclo, pero fue muy difícil compaginar las clases con la televisión.

En 1994 nuestro proyecto no fue aprobado por la consejería, y el ayuntamiento nos ofreció una mínima ayuda económica y un local. No lo pensamos dos veces, podíamos hacer Guerrilla Television4. Diseñamos una programación basada en documentales educativos (lunes y miércoles), reportajes de producción propia (jueves) y debates en directo (martes). Estos últimos fueron lo más excitante de nuestra pequeña historia. Los temas tratados fueron diversos, salud, publicidad, televisión, niños, adultos, etc. Por la realización pasaron cientos de personas, alumnos, antiguos alumnos, profesores y personas del pueblo. Cada semana abríamos la emisora unos minutos para que cualquiera pudiese saludar o decir lo que quisiera, mientras preparábamos el debate. Moderadores, invitados, cámaras, regidores, realizadores, público, todos cambiaban cada semana, asumiendo su nuevo papel con la naturalidad de los mejores profesionales. Los debates seguían un esquema clásico, un buen reportaje introducía el tema, y seguían las intervenciones moderadas. No había interrupciones publicitarias, ni se finalizaba por haber agotado el tiempo; se emitía mientras había opiniones que expresar. En ocasiones se sumaban personas que habían empezado a ver el programa en sus casas y tenían algo que decir (ver Foto 5).

Técnicamente los programas no fueron perfectos, pero daba igual, estábamos llevando a la práctica la teoría emirec (García Matilla, 1999). El sueño duró nueve semanas; a finales de junio el calor en el estudio era insoportable. Cerramos la emisora, conscientes de que era el final. No solamente la falta de ayudas y la miopía de las autoridades educativas hicieron que una iniciativa de estas características no tuviera continuidad (García Matilla, 1999), hubo otros factores decisivos: no habíamos conseguido integrar la experiencia dentro del proyecto curricular, la televisión absorbía todo nuestro tiempo libre, y sobre todo, después de cuatro años, estábamos agotados (ver Foto 6).

Ebarrios TV es un proyecto de innovación que desarrollo actualmente en el Colegio Público Enríquez Barrios de Córdoba, con los alumnos del tercer ciclo de Primaria (10-12 años), y que tiene por objetivo iniciar la alfabetización audiovisual de toda la comunidad educativa.

Hemos comenzado por las clases de 5º y 6º, con las que dedicamos de dos a tres horas semanales, dentro del periodo lectivo, al análisis crítico de anuncios y programas de televisión elegidos democráticamente. Reunidos en asamblea, decidimos que anuncios nos gustan más y cual es el programa más guay5. Los deberes para casa consisten en grabar, si tienen la posibilidad, un fragmento del programa elegido o si son hábiles para cazar el anuncio más votado. Cuando tenemos disponible el material, lo visionamos repetidamente y trabajamos en pequeños grupos unos cuestionarios para valorar la estructura formal y todo lo que les sugieren las secuencias visionadas. Las conclusiones de los grupos son puestas en común en la asamblea, dando lugar a un debate; posteriormente se publican en nuestro espacio web.

Otra parte del proyecto es la creación cooperativa de clips, en todas sus fases: propuesta y selección de temas, redacción de los guiones técnico y literario, construcción de decorados, iluminación, ambientación, ensayo, grabación y edición. Los espacios producidos se verán y comentarán en el colegio. También se distribuirán en DVD y se colgarán (comprimidos) en la página web del colegio. No hemos previsto la emisión por nuestros medios, ya que en una ciudad los obstáculos técnicos son insalvables; pero enviaremos nuestras producciones a las emisoras autonómicas y locales.

     
     
Referencias
     
     

FERRÉS, J. (1994): Televisión y Educación. Barcelona, Paidós.
FERRÉS, J. (1996): Televisión subliminal. Socialización mediante comunicaciones inadvertidas. Barcelona, Paidós.
GARCÍA MATILLA, A. (1999): «Escuela, televisión y valores democráticos», en Comunicar,13.
KAPLÚN, M. (1998): Una pedagogía de la comunicación. Madrid, Ediciones de la Torre.
SHAMBERG, M. (1971): Guerrilla Television. New York, Holt, Rinehart and Winston.

Páginas web
www.joaconde.net/telepuebla
www.ebarrios.net

     
     
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1 Simultáneamente trabajábamos en el proyecto de innovación «Elaboración de diaporamas sobre nuestro medio físico y social» en el que una clase de 8º de E.G.B. con muchos repetidores, desarrolló su currículo de ciencias, geografía e historia realizando montajes de diapositivas (planificadas, tomadas y reveladas por ellos) que posteriormente sonorizaban con sus comentarios.

2 Había montado algunas emisoras de radio en varios colegios, y acababa de ver en una revista el anuncio de un transmisor de TV en kit a un precio asequible.

3 La primera emisora que utilizamos tenía una potencia de ¼ W. Para transmitir señales de TV analógica es más importante la ubicación que la potencia. En nuestro caso, casi todas las antenas del pueblo estaban orientadas en dirección al colegio, por lo que la cobertura era óptima.

4En 1971, Michael Shamberg y Raindance Corporation publicaron Guerrilla Television, un libro que acabaría dando nombre a uno de los principales movimientos contraculturales de la época. Los activistas del vídeo lucharon contra el poder político e institucional de los 70, pero, sobre todo, contra el poder mediático de la TV. Y lo hicieron con sus mismas armas, utilizando una tecnología y unos canales, hasta entonces privativos del poder. No se trató nunca de un hecho aislado; en diferentes países del mundo occidental se utilizó el vídeo contra el poder establecido, contra «el sistema». Muchos creyeron que el nuevo medio se convertiría en la herramienta definitiva para el arte democrático... pero si bien es cierto que los guerrilleros del vídeo encontraron sus espacios de influencia en la opinión pública, una década más tarde su rebelión acabó diluyéndose entre los entramados del poder. Laura Baigorri, Catálogo del Festival de Vídeo de Vitoria, 1998.

5 Hay que actuar con mucho tacto. Igual que muchos adultos presumimos de ver sólo los documentales de La 2 (TVE-2), la presión del grupo puede distorsionar los resultados y los alumnos pueden decir que ven programas que no ven y ver otros sin declararlo. El profesor en todo momento se mostrará como uno más del grupo; aunque en algunos casos debe orientar nunca impondrá sus criterios.

     
     
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Joaquín Conde García es director del CP Enríquez Barrios de Córdoba (España). Ha coordinado varios proyectos de innovación educativa de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en el ámbito de las nuevas tecnologías. Es miembro del Grupo comunicar (joa@joaconde.net).